ESTADO AL RESCATE DE
EMPRESAS: ¿ MEDIO O FIN ?
El contexto de pandemia disemina en el mundo distintas modalidades de asistencia a empresas del sector privado por parte del Estado. El objetivo de las medidas es sobrevivir al shock que soporta el tejido productivo: endeudamiento progresivo, cierre de empresas, destrucción de empleo y caída del consumo por falta de liquidez.
Se trata de un fenómeno de
crisis superpuestas de naturaleza sanitaria y económica, cuyos
efectos convergen de manera impredecible sobre la sociedad. La dinámica de la
situación requiere de una sinergia entre recursos humanos de todos los
niveles y destaca la importancia en la innovación de la ciencia y la
tecnología, sin precedentes.
La magnitud del desequilibrio provocada por la pandemia es global con
efecto local. Las crisis no admiten comparaciones, tienen su propia tipicidad
aun en el mismo país, tal como sucede al pretender comparar la actual crisis de
la Argentina con la de 2001 o en España, al buscar paralelismos entre la
padecida crisis del 2008 con la actual originada por el Covid-19.
En el presente contexto, algunos gobiernos deciden rescatar empresas que
consideran esenciales por el sector que involucran como sería el caso
de Alemania con la línea Lufthansa, además de proporcionar a las
pequeñas, ayudas crediticias y ventajas fiscales. Otras administraciones
se verán enfrentadas a una crisis de deuda sin precedentes, donde grandes y
pequeñas empresas no sobrevivirán, porque se encontraran limitadas en su margen
fiscal para asistirlas.
La pretendida dicótomia entre economía o salud pública, es falsa. Ambas son un bien económico y corresponde al Estado su tutela y las políticas necesarias para el cumplimiento de los fines que se determinen en beneficio de la sociedad. No son bienes que se excluyen, sino que se complementan.
El Estado lejos de jugar un papel pasivo o de
actor secundario intervine con más fuerza en tiempos de crisis, pero es
indudable que la coyuntura de incertidumbre es aprovechada en muchos casos para
obtener ventajas, desviándose el interés social y produciéndose por acción u
omisión una distorsión entre medios y fines con evidente perjuicio al estado de
derecho.
Considerar que la
asistencia crediticia estatal se transforma compulsivamente en participación
accionaria de las sociedades que la reciben, como se pretende por estos días en
Argentina, es un abuso no solo en la forma pretendida de instrumentarla
sino por las circunstancias de alta
vulnerabilidad que atraviesa el sector privado. [i]
BREVES ANTECEDENTES:
En España tras la crisis del año 2008 con
dinero público se acudió al rescate del sistema financiero, en especial de las
cajas de ahorro mediante el FROB (Fondo de reestructuración ordenada bancario).
Sin embargo distintos informes arrojaron con posterioridad, que muchos de los
directivos de esas entidades se retiraron con un bono por indemnizaciones bastante indecoroso para los momentos que tuvo que
atravesar la sociedad española.[ii]
El gobierno británico
se negó a salvar a Thomas Cook de la quiebra, su filial alemana Cóndor recibió
un crédito de 380 millones de Alemania. Las
ayudas de este tipo deben administrarse de la forma más limitada posible, dice
Daniel Zimmr.[iii]
Esto sin embargo no siempre es evidente para los políticos, pues las ayudas
estatales pueden ser también muy populares para sus objetivos personales.
Toda crisis genera
una expansión en el proceso de intervención estatal con diferentes matices.
Sucedió en Argentina a partir de la crisis de 1929, en Colombia durante la
década de 1960 donde el gasto publico cumplió funciones de financiación, en
EE.UU. con la crisis de las hipotecas subprime en el año 2008 y en
España, durante la depresión de 2008/2014 que envolvió a toda Europa.
Hacia 1940/1950 en
gran parte de Latinoamérica, el Estado avanzó sobre la industria sin criterio
de racionalidad y con evidentes excesos. Esa cultura de “capitalismo de
Estado” de mediados del siglo pasado, continuo siendo pregonada como una
bandera propia de la militancia partidaria sin un claro criterio de
eficiencia que llega hasta nuestros días, produciendo una hipertrofia
institucional de graves consecuencias.
Cuando las
condiciones de un país son anormales porque no se respeta la propiedad privada,
acumula un alto grado de corrupción y su sistema judicial no aparece como
defensor de garantías constitucionales,
los capitales privados no invierten y las empresas del sector quedan expuestas
a los embates e improvisaciones de las autoridades de turno. En este horizonte
aparece el "estado empresario" para intentar reemplazar
capitales privados con fuerte criterio ideológico, lo que resulta peligroso para
la calidad de la democracia porque el fin justifica los medios.
Andres
Ferraris Hines con acierto señala que la intervención del Estado en la
economía es un hecho regular, lo que cambia es la magnitud y orientación de su
actuación, que se explica por coyunturas sociopoliticas y sobre todo
geopolíticas, no por tecnicismos economicistas.[iv]
Entre las
empresas que se acogieron a la ley mencionada, se encontraban SIAM y
Opalinas Hurlingam S.A.-donde el Estado nacional llego a detentar más del
90% de las acciones- ambas terminaron en un largo proceso de quiebra con
notorios perjuicios a los acreedores por un lado y a los contribuyentes por
otro[v]. La
experiencia de este exceso fue negativa para el país, porque contribuyo al
endeudamiento público improductivo.
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INJERENCIA ESTATAL COMO MODALIDAD
DE MERCADO
La producción de la
riqueza se encuentra vinculada al desarrollo, bienestar y salud general de las
sociedades, el Estado debe asegurar la continuidad de empresas para
sostener un tejido económico, las cuales sin injerencia estatal en casos
excepcionales, podrían provocar mayores daños a la dinámica económica del
país.
El Estado no
puede sustituir empresas, pero si asistirlas con las debidas
garantías. A finales de
abril de este año, los gobiernos de Francia y Holanda, que mantienen cada uno
un 14% de participación en AirFrance-KLM, anunciaron un paquete de ayuda para
la empresa. El rescate del gobierno francés consiste en préstamos en la forma
de créditos bancarios garantizados por el Estado y préstamos estatales
directos. La medida se encuentra sujeta, entre otras cosas, a que la compañía
desarrolle un nuevo plan comercial para afrontar la crisis. [vi]
Si el sector
privado recibe asistencia estatal, como consecuencia de una situación de fuerza
mayor como lo es la crisis sanitaria, el Estado no puede luego justificar
su injerencia de manera discrecional en las sociedades asistidas con el
argumento de que es una modalidad de mercado. El sector privado no está en
capacidad de responder a ciertas exigencias en situaciones críticas, el Estado
sí porque viene demostrando una centralidad organizativa, una tutela estatal en
sentido amplio que las circunstancias de excepción ameritan.
El
Ministerio de Economía y Finanzas de Perú publicó un programa meses atrás “Reactiva
Perú”, que apoya a las empresas para mantener la cadena de pagos en tiempos de
Covid-19. El gobierno argentino por su
parte, creó el programa de asistencia de emergencia al trabajo y la producción
para empleadores y trabajadores afectados por la emergencia sanitaria, que
incluye varios beneficios: entre ellos, la reducción de hasta el 95% del pago
de las contribuciones patronales y una asignación compensatoria al salario,
para los trabajadores de hasta el 50% según el caso.
Recientemente Perú dispuso de un decreto por el cual modifica ese programa con el objetivo de "...ampliar el alcance y mejorar las condiciones de acceso en beneficio de las microempresas".[vii] En la Argentina, por el contrario, desde ámbitos legislativos se pretende ahora sustituir la asistencia crediticia por acciones de las empresas beneficiadas, entendiéndola como una capitalización y no como una confiscación, lo que ha llevado a muchas pymes a renunciar al beneficio. La elegancia precede al vuelo, se olvidan los gobiernos que uno de los fines de los decretos y las leyes, es que se las puedan aplicar.
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Como se sabe la
economía social de mercado se basa en la convicción de que el mercado en
combinación con la propiedad privada de los medios de producción constituye
tanto la modalidad más eficiente de coordinación económica, como también una
condición necesaria para garantizar la máxima libertad política[ix]. Según
esto, es tarea del Estado velar por el buen funcionamiento del mercado e
intervenir en situaciones de excepción para asegurar el bienestar general y la
paz social.
Sin embargo no debe confundirse la
injerencia estatal como forma de equilibrar el mercado en situaciones de
excepción, a la injerencia estatal para estatizar el mercado, regular toda la
economía y suprimir las libertades individuales.
Cualquiera sea la magnitud de la crisis, se sale con confianza e
institucionalidad. Que la crisis sanitaria y económica no se transforme
en inseguridad legal, dependerá de la forma en que los ciudadanos ejerzan sus
derechos económicos de manera activa. Como señalo un gran estratega y filósofo
chino, sin conocer el peligro no se lo puede vencer.
Carlos
Alberto Ferro
[i]
Vallejos
explico cómo sería el proyecto para que el Estado se quede con
una participación de las empresas a la que asiste" en
www.infobae.com del 21.05.20
[ii]
Fernando Goma
Lanzon "Si hay rescate público de empresas privadas no puede haber bonus
millonarios" en www.hayderecho.expansion.com del 8.04.20
[iii]
Daniel Zimmer, director del Instituto de Derecho Comercial y
Económico de la Universidad de Bonn en: ¿Debe el Estado rescatar a las
empresas? www.dw.com
[iv]
Andres
Ferrari Hines ¿Se puede aceptar la intervención del Estado
inmaculadamente? www.cronista.com 18/4/20
[v]
Rougier
Marcelo y Jorge Schvarzer:" Las grandes empresas no mueren de pie: el ( o)
caso de Siam ed. Norma 2006
[vi]
Beatriz von Loebenstein ¿Salvar a latam? en https://www.elmostrador.cl/
[vii] www.gestión.pe del 28/4/20 y www.sela.org del 1/6/2020
viii] “La izquierda propone nacionalizar Vicentin S.A.” en https://www.pts.org.ar/ del 28.03.20; “Piden que el gobierno transforme Vicentin, en una empresa pública” en https://news.agrofy.com.ar/
[ix] Alfred Pfaller, "El Estado en la economía social de mercado..." Bonn FES Library 1997 versión on line
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