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lunes, 3 de febrero de 2025

¿Rescatar o dejar caer? El dilema de la intervención estatal en empresas en crisis

  





Por Carlos Alberto Ferro[i]

1. Introducción

En Argentina y otros países de Latinoamérica, la persistencia de subsidios estatales, nacionalizaciones o leyes de expropiación, destinadas a rescatar empresas en quiebra plantea interrogantes fundamentales sobre la eficacia y sostenibilidad de esta práctica. ¿Hasta cuándo el sector público seguirá asignando recursos a empresas catalogadas como "socialmente útiles" o cuya continuidad se justifica en aras de "mantener la paz social"? Esta pregunta resuena con fuerza en un contexto donde los subsidios se han convertido en una herramienta recurrente de los gobiernos para evitar el cierre de empresas en dificultades o con sentencia de quiebra firme.

El Ingenio San Javier,[ii]  fundado en 1962 y ubicado en la provincia de Misiones, Argentina, se erige como un caso paradigmático de esta problemática. Esta empresa, que ha recibido subsidios estatales de manera recurrente a lo largo de su historia, fue incluso estatizada en un contexto de privatizaciones generales, lo que evidencia la profunda intervención del Estado en su funcionamiento. El análisis de este caso revela cómo la ineficiencia y la falta de competitividad, promovidas en gran medida desde el sector estatal, han generado un déficit fiscal constante sin atender las necesidades reales de la economía.

   Esta situación ilustra cómo estas ayudas económicas pueden consolidar ineficiencias en lugar de promover la mejora y la adaptación a las condiciones del mercado. [iii] En este sentido, resulta difícil identificar un beneficio social tangible derivado de esta mecánica. En esencia, el reciente cierre del Ingenio trasciende lo meramente económico para revelar una problemática de índole cultural, donde decisiones políticas que ignoran la ley de quiebras perpetúan empresas inviables, consumiendo recursos que podrían destinarse a proyectos productivos más prometedores.  

Este caso también refleja el debate sobre el rol del Estado en la economía y la pertinencia de su intervención en empresas en dificultades o con sentencia de quiebra. Mientras algunos defienden la necesidad de proteger empleos y mantener la actividad económica en la región, otros cuestionan la sostenibilidad de los subsidios y proponen alternativas como la liquidación eficiente de activos. En este artículo, nos posicionaremos en favor de esta última opción.

Argentina se encuentra en un momento decisivo de su historia económica, marcado por la obsolescencia de modelos tradicionales y la emergencia de desafíos inéditos. Ante este panorama, el Estado ha recurrido a menudo a la intervención a través de subsidios o expropiaciones, medidas que, si bien pueden ofrecer soluciones paliativas en el corto plazo, resultan insostenibles a largo plazo. La protección de empleos y la mitigación del impacto social que puede generar el cierre de empresas exigen un enfoque innovador, que aproveche el potencial de las nuevas tecnologías y promueva la transformación de la economía hacia sectores más dinámicos y competitivos.[iv]

Si bien los subsidios y otras opciones legales pueden ser una solución paliativa en el corto plazo, no abordan el problema de fondo y pueden perpetuar ineficiencias en el mercado, afectando negativamente el déficit público. En contraste, la Ley de Quiebras, optimizada y aplicada de manera eficiente, se presenta como una herramienta fundamental para reasignar recursos de empresas inviables a aquellas con mayor potencial.  

2.  Subsidios sin lógica económica: ineficiencia, carga estatal y dependencia

El concepto de "empresa socialmente útil" suele utilizarse de manera ambigua, abriendo la puerta a interpretaciones que justifican el rescate de empresas inviables. Si toda empresa, por el mero hecho de generar empleo y ofrecer bienes o servicios, contribuye a la sociedad, ¿qué criterios definen la "utilidad social" que amerita la intervención estatal? La falta de claridad en este aspecto permite que se desvíen recursos hacia empresas con escaso potencial de crecimiento, en detrimento de proyectos más productivos. Esta situación se agrava cuando se ignora la ley de concursos y quiebras, impidiendo que el mercado opere de manera eficiente.

Nacionalizar una empresa o subsidiarla puede ser una solución a corto plazo, pero no aborda los problemas económicos de fondo. Tal como señala Enrique Silberstein,[v]  las soluciones jurídicas no siempre resuelven las problemáticas económicas, sociales o estructurales. Si estas medidas no se acompañan de estrategias que impulsen el progreso sustentable y la transformación económica, el resultado puede ser un mayor déficit público y un perjuicio al interés social.

De manera similar, el concepto de "paz social" se utiliza a menudo para justificar el rescate de empresas en crisis, argumentando que su quiebra generaría conflictos sociales. Si bien es fundamental considerar el impacto social de la pérdida de empleos, la "paz social" no puede ser un pretexto para mantener indefinidamente a flote empresas inviables. En muchos casos, esta justificación obstaculiza la liquidación ágil en los procesos concursales, postergando las soluciones necesarias para la reactivación económica.

La persistencia de subsidios a empresas en crisis impone una pesada carga para el Estado, como se evidencia en el caso del Ingenio San Javier. El déficit público resultante obliga a aumentar impuestos, afectando la economía en general y perjudicando a los contribuyentes que no se benefician de estas políticas. Sin criterios económicos claros, los subsidios fomentan la dependencia de las empresas hacia el Estado, desincentivando la búsqueda de la competitividad y la innovación.

  Analizar los resultados económicos desde el ángulo de los quebrantos incorpora una dimensión que abre nuevos interrogantes al estudio sobre la industria.[vi]  Es un error metodológico no enfocar el estudio de la quiebra de empresas desde la perspectiva de la historia de la industria del país. En otras palabras, el derecho concursal no puede permanecer ajeno al estudio de las crisis económicas y de la historia de la industria.  El caso del Ingenio San Javier, al igual que otros como Sasetru, Cía., Siam, Swift de la Plata y Grupo Greco, demuestran las complejas repercusiones que las quiebras tienen a nivel laboral, económico y regional.

Aferrarse a soluciones del pasado no es una estrategia viable para enfrentar los desafíos actuales. Si bien algunas empresas pudieron ser pioneras en su momento, factores como los cambios climáticos, económicos y sociales pueden erosionar su competitividad con el tiempo. La obsolescencia tecnológica y la necesidad de reconversión son aspectos que los funcionarios deben considerar.

La "cultura de asistencia artificial" sin control de calidad ni evaluación del impacto real en el entorno empresarial carece de razonabilidad. Mantener estructuras o actividades inviables, en aras de proteger fuentes de trabajo, genera un daño económico irreparable que afecta tanto a los intereses directamente involucrados como a la sociedad en su conjunto.

El debate sobre la necesidad de subsidios para el desarrollo económico persiste. Si bien algunos economistas defienden su papel en la protección de sectores estratégicos o en la corrección de fallas de mercado, otros argumentan que generan dependencia y desincentivan la innovación. En el contexto de las quiebras, los subsidios plantean interrogantes sobre su efectividad a largo plazo y sus posibles consecuencias negativas.

 

 3. La Ley de Quiebras como herramienta de desarrollo

 

Es cierto, no todas las soluciones a los problemas sociales provendrán de una ley de quiebras. Pero sin lugar a duda, facilitará el andamiaje para la reestructuración de pasivos, la gestión de insolvencia y la reconversión empresaria, al regular instrumentos que permitan la rápida y eficaz enajenación de activos.  La economía y la paz social, no se recuperan solo por expectativas o por voluntad de un gobierno.  Lo esencial es la confianza y el crédito para fomentar el crecimiento, porque no solo contrayendo deudas el Estado habrá reactivación, sino porque la empresa privada será el motor del desarrollo económico.

La problemática de los subsidios y expropiaciones en empresas en quiebra plantea una difícil disyuntiva para los jueces. Por un lado, se ven presionados para mantener con vida artificialmente a empresas inviables, a menudo a costa de recursos públicos y prolongando indefinidamente los procesos concursales. Esta situación puede generar un círculo vicioso de pérdidas y deudas que perjudica a todas las partes involucradas. Por otro lado, los jueces también enfrentan la opción de disponer la enajenación definitiva de los activos de la empresa, lo que puede tener consecuencias sociales significativas, como la pérdida de empleos y el impacto en la comunidad local. Además, estas decisiones suelen tener una gran repercusión mediática, lo que añade presión adicional.

En el intrincado laberinto de los procesos concursales, el tiempo se erige como un factor económico esencial, cuyo transcurso puede determinar el éxito o el fracaso de la tutela del crédito. Lamentablemente, en el peor de los casos, los jueces pueden verse compelidos a desentenderse de estos procesos, ya sea por la complejidad de la situación o por la falta de recursos.

Esta inacción judicial sume a las empresas en un limbo jurídico y económico, donde la incertidumbre se convierte en la norma y las decisiones se postergan indefinidamente. Las consecuencias de esta inacción son nefastas para todas las partes involucradas: los acreedores ven cómo sus créditos se diluyen con el paso del tiempo, los trabajadores sufren la angustia de la inestabilidad laboral y la sociedad en su conjunto se ve privada de la oportunidad de que esos recursos sean reasignados a sectores más productivos y competitivos. De esta manera, se incumplen flagrantemente los objetivos de la ley concursal, que busca precisamente evitar la prolongación innecesaria de situaciones de insolvencia y promover la reactivación económica.

No solo los subsidios, sino también las leyes de ocupación temporaria se han convertido en herramientas recurrentes para mantener a flote empresas inviables. Estas leyes, que permiten al Estado ocupar temporalmente bienes de empresas en dificultades, a menudo se justifican por la necesidad de preservar empleos o mantener la producción de bienes considerados esenciales. Sin embargo, al igual que los subsidios, estas medidas suelen ser paliativos que prolongan la agonía de empresas sin futuro, sin resolver los problemas de fondo y generando nuevas distorsiones en el mercado.

La idea de que estas empresas son "socialmente útiles" se basa en una visión simplista y estática de la economía. Se ignora que la "utilidad social" de una empresa no se limita a la generación de empleo o la producción de bienes en un momento determinado. También es fundamental considerar su capacidad para innovar, adaptarse a los cambios del mercado y generar valor a largo plazo.

En la práctica, las empresas "zombies" que reciben subsidios u ocupaciones temporales a menudo se caracterizan por la acumulación de pasivos, el abandono y la obsolescencia de sus activos. En lugar de generar beneficios para la sociedad, estas empresas se convierten en una carga que lastra el crecimiento económico y desvía recursos.

Hoy el concepto de socialmente útil está en crisis. En algunos casos, ese concepto puede ser utilizado para encubrir deficiencias en la gestión de empresas o sectores que no son competitivos o eficientes lo que no puede ser tolerado por el Estado.  La ley de quiebras no debe ser vista únicamente como un mecanismo para liquidar empresas en dificultades. Es una herramienta de política económica que, al promover la reasignación eficiente de recursos, contribuye al crecimiento sostenible y la generación de empleo genuino.

 La decisión de rescatar el Ingenio San Javier refleja la disyuntiva que a menudo enfrentan los gobiernos ante el declive de industrias emblemáticas. Por un lado, está la necesidad de preservar fuentes de trabajo y evitar el impacto social que implica el cierre de una empresa. Por otro lado, existe el riesgo de perpetuar un modelo improductivo que ha demostrado ser inviable y que requiere de inyecciones constantes de recursos públicos para mantenerse a flote.

Así, el Ingenio San Javier[vii] se erige como un ejemplo paradigmático de cómo las decisiones políticas cortoplacistas, motivadas por la necesidad de evitar el cierre de una empresa y la pérdida de empleos, para asegurar la paz social, pueden perpetuar un modelo inviable y postergar indefinidamente la búsqueda de soluciones estructurales que impulsen el desarrollo económico.  

4.  Liquidación de activos en quiebra: una estrategia para la reactivación económica

 El sistema de liquidación de activos en la ley de concursos argentina, si bien busca proteger el crédito de los acreedores y dinamizar la economía mediante la transferencia de activos a nuevos agentes, se muestra como un mecanismo obsoleto e ineficiente. En la práctica, los medios disponibles no logran los fines deseados de manera satisfactoria.

La legislación concursal debe priorizar al inversor, no al activo en sí. Este cambio de enfoque requiere una reforma profunda o una interpretación innovadora por parte de los jueces para abordar los desafíos actuales.  La liquidación de activos debe ser un proceso que facilite la adquisición por terceros, brindando garantías de que la inversión realizada se traduzca en una rápida puesta en funcionamiento de los activos. La ley debe generar certidumbre en cada etapa del proceso: participación, adquisición y transferencia de los activos en el menor tiempo posible.  

En el ámbito de las inversiones, el tiempo es un factor crítico. Las demoras en los procesos judiciales, al dilatar la concreción de oportunidades de inversión, no solo frustran las expectativas de los inversores, sino que también generan costos de oportunidad y pérdidas económicas que impactan negativamente en el desarrollo y crecimiento.

La posibilidad de adquirir activos en funcionamiento y con potencial de rentabilidad atrae a inversores que buscan reactivar la actividad productiva. Esto genera un flujo de capitales que dinamiza la economía local y contribuye a la recuperación de la empresa en quiebra, cumpliendo así con el objetivo final de liquidación y distribución. Este es un aspecto fundamental que todos los operadores jurídicos concursales deben tener en cuenta.

 En el contexto actual, las nuevas formas de liquidación de activos a través de plataformas electrónicas han superado la estructura regulatoria y adormecida establecida en la ley de quiebras.[viii] Esta última no solo carece de atractivo para los inversores, sino que tampoco logra dinamizar las inversiones con la velocidad que exige la realidad económica. Las plataformas electrónicas, por su parte, ofrecen procesos más ágiles y transparentes, lo que fomenta la participación de un mayor número de interesados y facilita la transferencia de activos de manera eficiente. Esta situación evidencia la necesidad de una actualización legislativa o un enfoque distinto de instrumentación, que contemple las nuevas dinámicas del mercado y promueva la reactivación económica a través de mecanismos de liquidación más modernos y adaptados a los tiempos actuales.

5. Conclusiones

 La intervención estatal en empresas deficitarias crónicas o en quiebra puede perpetuar ineficiencias y desincentivar la mejora de la gestión y la competitividad. En lugar de inyectar fondos sin abordar las causas subyacentes, el Estado debería enfocarse en optimizar la Ley de Quiebras, agilizando los procesos concursales y fomentando la transparencia en la liquidación de activos.  

La ley de quiebras, al facilitar la liquidación ordenada de empresas, permite que los activos en desuso se liberen y sean adquiridos por actores económicos que puedan utilizarlos de manera más productiva. Esto evita subsidios estatales prolongados o leyes de expropiación a empresas no competitivas, fomentando así la eficiencia e innovación.

Una plataforma digital de liquidación de activos, con información clara, valoración objetiva y subastas en línea, agilizaría la transferencia de activos al sector privado, promoviendo su uso productivo. Esta estrategia reduce la necesidad de subsidios estatales e impulsa el desarrollo económico al permitir que los recursos fluyan hacia unidades económicas más eficientes. Al crear un entorno favorable para la inversión privada, se estimula la innovación, la creación de empleo y el crecimiento sostenible.

El caso del cierre del Ingenio San Javier, con su larga historia de rescates estatales y la socialización de las pérdidas (1962-2025), ilustra la complejidad del dilema que plantea el título de este artículo: ¿Rescatar o dejar caer? Si bien la intervención estatal puede parecer una solución a corto plazo para proteger empleos y la actividad económica, la experiencia demuestra que, en muchos casos, perpetúa ineficiencias y genera costos que terminan afectando a toda la sociedad.

 

Carlos Alberto Ferro

carlosalbertoferro@uda.edu.ar

Febrero 2025



Nota imagen: https://bichosdecampo.com/

https://www.stopenlinea.com.ar/noticias/2025/01/31/83795-cerro-el-ingenio-azucarero-de-san-javier-que-se-estatizo-cuando-privatizaban-todo-y-se-convertira-en-un-museo-historico


[i] Abogado, Egresado de la Universidad de Mendoza, República Argentina. Especialista en Sindicatura Concursal y Entes en Insolvencia por la U.N.C.-Mendoza. Titular del Estudio Ferro, especializado en derecho de la insolvencia. Profesor adjunto de Derecho Comercial II –Concursos y Quiebras– en la Universidad Aconcagua (Mendoza) y miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Concursal (IIIDC). Contacto: carlosalbertoferro@uda.edu.ar. https://orcid.org/0009-0000-3478-9765

[ii] Boerr, (M.) La Nación, 29.01.2025  “Ineficiente, obsoleto e inviable…” fuente: https://www.lanacion.com.ar/. Resumen: El ingenio azucarero San Javier cerró definitivamente debido a la falta de viabilidad y modernización, a pesar de intentos de privatización y concesión. Las máquinas obsoletas y los altos costos de mantenimiento llevaron al cierre, a pesar de intentos de concesionarlo a un grupo brasileño. El Gobierno de Misiones decidió transformar la planta en un museo temático ante la inviabilidad de seguir subsidiándola.

[iii] Plan B, noticias, Misiones, “Tras 30 años estatal y subsidiado, obsoleto e “inviable”, cierra para siempre el Ingenio San Javier”  fuente: https://planbmisiones.com/

[iv] Así la decisión gubernamental de convertir el ingenio en un museo temático, si bien busca preservar su valor histórico y cultural, resulta tardía y contrasta con la considerable cantidad de recursos públicos que ya se han destinado a subsidios a lo largo de los años. Esta situación debe servir como lección por el alto costo que implicó para los contribuyentes y los magros resultados obtenidos. 

[v] Silberstein, (E.) “¿Por qué Perón sigue siendo Perón? Ed. Corregidor, Bs. As. 1972 p., 84

[vi] Rougier, (M.):” Una historia poco transparente: de la expansión a la quiebra de la fábrica argentina de vidrios y revestimiento de opalinas Hurlingham” en Estudios sobre la industria argentina 2, pag.,229 ed. Languaje Claro Argentina 2014.

[vii] En 2016, las estadísticas del CAA consignan que San Javier produjo apenas 6000 toneladas de azúcar blanco, sobre una producción total 1.552.000 toneladas. Es decir, no llegaba ni al 0,5% de la producción totalDurante la década pasada, el gobierno provincial no tuvo inconvenientes en subsidiar fuertemente al Ingenio San Javier para sostener una cuenca azucarera de unos 230 pequeños productores de caña ubicados en las localidades de San Javier, Itacaruaré, Panambí, Alba Posse, Dos Arroyos y Gobernador López.

[viii] A modo de ejemplo se cita la Plataforma de Liquidación de Bienes (PLABI): portal público electrónico del Ministerio de Justicia de España para la publicación de los activos de las microempresas en liquidación. Esta plataforma se encuentra regulada en la disposición adicional segunda de la Ley 16/2022, de 5 de septiembre, de reforma del texto refundido de la Ley Concursal, aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2020, de 5 de mayo, fuente: Referencia: BOE-A-2022-14580 Permalink ELI: https://www.boe.es/eli/es/l/2022/09/05/16/con

 

¿Rescatar o dejar caer? El dilema de la intervención estatal en empresas en crisis

    Por Carlos Alberto Ferro [i] 1. Introducción En Argentina y otros países de Latinoamérica, la persistencia de subsidios estatales,...