El
precio oculto de los aranceles:
cómo
la recaudación afecta la solvencia empresarial
Por Carlos Alberto Ferro[1]
Introducción.
Mientras los Estados celebran la recaudación
récord por aranceles, cientos de empresas en sectores sensibles enfrentan un
deterioro silencioso de su solvencia. El
derecho concursal no puede ignorar esta realidad, porque los aranceles, aunque
sencillos de aplicar, generan desequilibrios económicos y compromisos de
inversión difíciles de controlar para las empresas.[2]
Los aranceles impactan directamente en costos
operativos, márgenes de rentabilidad y riesgos de incumplimiento. Pero más allá
de la microeconomía, hay preguntas urgentes: ¿Deben considerarse los
aranceles como “hechos económicos relevantes” en la prevención concursal? ¿Qué
rol puede jugar el Estado en la mitigación del riesgo sistémico derivado de
políticas arancelarias?
Estas
preguntas son el eje de la presente columna de opinión, donde se explorará cómo
el afán fiscal puede convertirse en una amenaza para la estabilidad empresarial.
1. Aranceles: instrumento fiscal
estructural y catalizador de disrupciones logísticas
Los
aranceles[3] son factores disruptivos tan determinantes
para la solvencia de una empresa como una devaluación o una recesión. Al elevar
el precio de insumos importados —como acero, aluminio o tecnología—, afectan
directamente a industrias clave como la automotriz, alimentaria y
manufacturera. Las empresas con márgenes ajustados, por ejemplo, enfrentan
dificultades para absorber estos costos, lo que erosiona su competitividad y,
en última instancia, su capacidad para mantenerse a flote.
Por lo tanto, el impacto de los
aranceles en la solvencia empresarial es de naturaleza mixta. Si bien
constituyen un hecho económico exógeno que incide en los flujos de caja, su
efecto se agrava cuando la empresa no logra adaptar su estructura de costos,
precios o procesos logísticos al nuevo contexto fiscal. En este sentido, la
capacidad de gestión interna se vuelve un factor crítico ante la presión
externa
La omisión de ajustes oportunos
genera un costo de inacción que, en el plano jurídico, puede
traducirse en responsabilidad de los administradores por incumplimiento del
deber de diligencia en la gestión financiera (art. 59 LGS Argentina). Desde la
óptica económica, dicho costo se manifiesta en la pérdida de rentabilidad,
liquidez y capacidad de cobertura, factores que erosionan progresivamente el
equilibrio patrimonial y aceleran la situación de insolvencia. En este marco,
el impacto de los aranceles no resulta imparcial ni puede considerarse ajeno al
deber empresarial de anticipar y mitigar riesgos sistémicos.[4]
En julio de 2025, los datos de empleo en
Estados Unidos mostraron una marcada debilidad: se crearon apenas 73.000 nuevos
puestos frente a los 110.000 esperados, y las cifras de meses anteriores fueron
revisadas a la baja en más de 250.000 empleos.[5]
Este deterioro del mercado laboral se dio en paralelo a un salto arancelario
sin precedentes: los derechos de importación generaron 152 mil millones de
dólares hasta ese mes, el doble que, en el mismo período del año anterior, y se
proyecta que podrían aportar hasta 2 billones de dólares en la próxima década.
Este giro cuantitativo consolida la
tesis de que los aranceles han dejado de ser meras herramientas de política
comercial para convertirse en pilares fiscales estructurales. En este
contexto, su carácter regresivo se vuelve evidente: afectan de manera
desproporcionada a las empresas más vulnerables, como las pymes, y a los
consumidores finales. Por ello, es importante no disociar el diseño fiscal
de la salud empresarial, ni ignorar el riesgo sistémico que implica trasladar
el peso tributario a sectores productivos frágiles en un entorno de
desaceleración económica..
2.
Reducción de demanda y presión sobre ingresos
El impacto transversal de los aranceles
sobre las cadenas de suministro expone una faceta menos visible, pero igual de
crítica. Las tarifas imprevistas generan incertidumbre operativa, obligan a
relocalizar proveedores o modificar circuitos logísticos y comprometen la
viabilidad de contratos previamente acordados. Esto se traduce en costos
extraordinarios, litigios potenciales y pérdida de clientes estratégicos. La
exposición creciente a shocks tarifarios desdibuja la previsibilidad del
entorno comercial global.
Esta
interdependencia entre la política fiscal y la arquitectura productiva exige
revisar la matriz arancelaria desde una óptica sistémica. Es crucial que esta
revisión no eluda los efectos colaterales sobre la competitividad y la
sostenibilidad empresarial. En un escenario de globalización fragmentada, el
desafío ya no es solo recaudatorio, sino estratégico. Si no se internalizan los
costos ocultos de los aranceles, corremos el riesgo de perpetuar un modelo
tributario miope y desconectado de las dinámicas que realmente sustentan el
desarrollo económico.
3. Impacto
financiero y riesgo de insolvencia
El efecto económico de los aranceles
tiene una consecuencia directa en el ámbito financiero, al traducirse en una
contracción de la demanda y una presión sobre los ingresos empresariales. El
encarecimiento de los productos importados no solo altera las decisiones de
consumo interno, sino que también golpea a sectores sensibles al precio,
erosionando los márgenes de rentabilidad.
Aunque los aranceles pueden ofrecer un
alivio temporal a ciertas industrias, su aplicación indiscriminada a menudo
genera efectos contraproducentes.[6] Como
se observó en la rivalidad comercial entre EE.UU. y China, numerosas empresas
del sector logístico y distribuidor enfrentaron un aumento abrupto de aranceles
que impactó directamente en sus márgenes. Un informe de Cleverence[7]
estima que las pérdidas acumuladas en el sector superaron los $90 mil millones,
generando una presión inédita sobre la cadena de suministros.
El impacto financiero de la política
arancelaria se manifiesta en un deterioro progresivo de los indicadores
clave de desempeño empresarial. La combinación de menores ingresos y
mayores costos (por disrupciones logísticas y ajustes contractuales) debilita
la capacidad de cobertura de deuda, comprometiendo el flujo de caja y los
planes de inversión. En este contexto, el sistema tributario, al operar con una
lógica extractiva sobre un tejido productivo ya vulnerable, puede convertirse
en un vector de fragilidad estructural.
La capacidad de adaptación financiera
fue un factor determinante para la supervivencia de las empresas. Por ejemplo,
mientras una compañía agroalimentaria logró amortiguar el golpe arancelario
automatizando sus procesos de picking,[8] otras que mantuvieron una gestión reactiva
vieron afectada su liquidez y su capacidad de cumplir con las obligaciones.
Esta omisión de ajustes estratégicos no solo deterioró su patrimonio, sino que
precipitó su exposición a procedimientos concursales o la quiebra.[9]
En definitiva, esta presión fiscal
indirecta afecta con mayor dureza a las empresas con alto apalancamiento, baja
diversificación o dependencia de mercados externos. Muchas se deslizan hacia la
insolvencia técnica o real, lo que demuestra que los aranceles, al
alterar ecuaciones comerciales y financieras básicas, pueden convertirse en el
detonante de crisis empresariales si no se implementan mecanismos de
amortiguación adecuados.
Conclusión:
En
contextos de alta volatilidad, las políticas arancelarias erráticas e
impredecibles dejan de ser una simple herramienta de comercio exterior para
convertirse en un factor de riesgo sistémico para la solvencia empresarial.
Esta confusión regulatoria va más allá de la incertidumbre jurídica,
erosionando la capacidad de las empresas, especialmente aquellas con
operaciones transnacionales, para gestionar sus activos y delimitar
responsabilidades de manera efectiva. La falta de claridad normativa genera una
distorsión patrimonial que puede ser el detonante de una crisis de insolvencia.
La actual desaceleración global magnifica
los efectos de estas decisiones, bloqueando la inversión, obstaculizando la
planificación estratégica y socavando la confianza en las reglas del juego. La
transformación de los aranceles en una fuente fiscal estructural no puede
desvincularse de su impacto directo en la estabilidad financiera de las
compañías.
Por lo tanto, el desafío para las
políticas económicas es doble: no se trata únicamente de recaudar, sino de
diseñar e implementar un sistema tributario que, en lugar de generar fallas de
mercado, actúe como un pilar para el desarrollo productivo y la estabilidad
empresarial. En síntesis, el precio oculto de los aranceles es el
riesgo de comprometer la solvencia del tejido productivo, un costo que ninguna
estrategia fiscal inteligente puede permitirse ignorar.
Agosto
2025
carlosalbertoferro@uda.edu.ar
[1]
Abogado.
Especialista en Sindicatura Concursal y Entes en insolvencia Facultad de
Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo (U.N.C.). Doctorando en Derecho y Nuevas Tecnologías
por la Universidad de Mendoza (cohorte 2023/2024). Titular del estudio Ferro.
Asesor concursal de empresas recuperadas. Profesor adjunto de la cátedra de
derecho comercial II –Concursos y Quiebras- Facultad de Ciencias Económicas de
la Universidad Aconcagua (Mendoza). Miembro del Instituto Iberoamericano de
Derecho Concursal.
[2] Un informe de The Wall Street Journal advierte que los importadores se han
apresurado a ingresar mercancías para anticiparse a nuevos aranceles,
ralentizando los pedidos cuando estos aumentan. Paralelamente, el sector
logístico continúa enfrentando una caída prolongada en la demanda de transporte
de mercancías desde la pandemia. Ver: Young, L. (2025, agosto 1). Listen: How
logistics operators are navigating trade-war turmoil. The Wall Street Journal. https://www.wsj.com/livecoverage/jobs-report-today-stock-market-08-01-2025/card/listen-how-logistics-operators-are-navigating-trade-war-turmoil-EjprxUCWYD0ALM43k1iy
[3]
En este trabajo, los aranceles
se definen como impuestos aplicados a los bienes que cruzan las fronteras
nacionales, tanto en importaciones como en exportaciones. Los gobiernos emplean
los aranceles como parte de sus políticas comerciales para regular el comercio
internacional.
.
[4] Por ejemplo, frente a una suba sostenida de aranceles
logísticos, una empresa comercial que no ajusta sus precios de venta ni revisa
sus contratos de distribución incurre en una pérdida acumulada que compromete
su flujo de caja. Si los administradores no actúan con criterio
previsor—revisando costos, renegociando condiciones o redefiniendo el modelo de
negocio—pueden incurrir en responsabilidad por omisión de una gestión
financieramente prudente. Esta inacción repercute no solo en la viabilidad
operativa sino también en la capacidad de cumplir con las obligaciones
exigibles, exponiéndola a un deterioro patrimonial que podría haberse evitado.
[5]
Bagalkote, K. (2025, agosto 4). Recesión económica en EE.UU. se asoma
tras débiles datos de empleo y manufactura. Benzinga. https://es.benzinga.com/news/usa/economy/recesion-economica-eeuu-datos-empleo-manufactura
[6] La Nación. (2025, agosto 2). Confusión y enfado en el país
de Europa al que Trump impuso los mayores aranceles. https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/confusion-y-enfado-en-el-pais-de-europa-al-que-trump-impuso-los-mayores-aranceles-nid02082025/
[7] Ramírez, T. (2025, mayo 8). Cómo las empresas de logística
3PL enfrentan pérdidas millonarias por aranceles y disrupciones en la cadena de
suministro https://www.cleverence.com/articles/business-blogs-es/supply-chain-losses-cleverence-protects-margins-amid-tariffs-7482063
[8] La implementación de tecnologías de picking como
pick-to-light y pick-to-voice ha demostrado reducir errores hasta en un 35% y
tiempos de procesamiento en un 40%, fortaleciendo la eficiencia operativa y la
competitividad logística en América Latina, especialmente en sectores de alto
volumen como el agroalimentario. Redacción TLW®. (2024, noviembre 2). Tecnologías de pick-to-light y voz: Mejorando la
eficiencia en la preparación de pedidos. The Logistics World. https://thelogisticsworld.com/logistica-comercio-electronico/tecnologias-de-pick-to-light-y-voz-mejorando-la-eficiencia-en-la-preparacion-de-pedidos/
[9] Ramírez, T.
(2025, mayo 8).