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viernes, 19 de diciembre de 2025

Crisis vitivinícola en Mendoza: deterioro estructural y propagación del riesgo de insolvencia

 

 

 


Por Carlos Alberto Ferro[1]

Introducción.

En el año 2008, el sector vitivinícola de la provincia manifestaba su preocupación por la incertidumbre generada a partir de la crisis económica mundial. El credit crunch impactaba de diversas maneras en las economías regionales, y si bien no se habían producido cierres de plazas en los mercados internacionales, ni disminuciones en el consumo de vino ni en los precios manejados, la inseguridad por el contexto financiero mundial retrasaba la cadena de pagos y derivaba en que se tomaran, según informes especializados, algunas   medidas preventivas en la plaza local para minimizar el impacto.[2]

Varios años después, la matriz productiva de Mendoza atraviesa otro punto de inflexión que ya no puede describirse como un simple reacomodamiento sectorial. Mientras la vitivinicultura —históricamente el corazón simbólico y económico de la provincia— enfrenta una crisis estructural [3] marcada por sobrestock, caída del consumo y fragilidad financiera, la minería emerge con una potencia discursiva y política que reconfigura prioridades, inversiones y expectativas de desarrollo.[4]

No se trata aún de un desplazamiento consumado, pero sí de una tensión real por el protagonismo económico, donde un sector tradicionalmente intensivo en trabajo y arraigo territorial convive con otro intensivo en capital y promesas de rentabilidad acelerada. La pregunta ya no es si la vitivinicultura puede sostener su centralidad histórica, sino si el nuevo equilibrio productivo que se está gestando permitirá preservar su rol estratégico o si quedará subordinada a una lógica extractiva que avanza con la fuerza de un cambio de época.

 

 2. Cambios que desordenan: efectos estructurales de las nuevas políticas vitivinícolas

La habilitación para profundizar la producción de vino sin alcohol y la transformación del certificado de ingreso de uva (CIU) en un instrumento opcional reconfiguran el equilibrio regulatorio del sector vitivinícola en un momento de fragilidad estructural.[5]

La expansión del vino sin alcohol abre oportunidades comerciales para actores con capacidad de inversión —especialmente medianas y grandes bodegas— que pueden acceder a tecnologías de desalcoholización y a mercados emergentes. Sin embargo, para pymes y cooperativas, esta reconversión implica costos elevados y riesgos de quedar rezagadas en un mercado cada vez más segmentado, profundizando la brecha competitiva y acelerando procesos de concentración.

La opcionalidad del CIU, por su parte, debilita un mecanismo histórico de trazabilidad y control de volúmenes, reduciendo la capacidad del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) para monitorear el flujo real de uva y vino.[6] Esto no solo incrementa el riesgo de informalidad en un sector ya atomizado, sino que también genera asimetrías competitivas entre quienes continúen cumpliendo voluntariamente con el certificado y quienes opten por evitar sus costos administrativos. La pérdida de información estratégica afecta la planificación pública y privada, comprometiendo la previsibilidad de precios, contratos y proyecciones de cosecha.

En conjunto, ambas medidas producen un efecto sistémico que tensiona aún más a un sector que enfrenta sobrestock, y otras dificultades como la caída del consumo y dificultades financieras crecientes. La diversificación hacia productos sin alcohol puede aliviar parte del excedente, pero también desplaza volúmenes del vino tradicional, mientras que la flexibilización del CIU erosiona la gobernanza sectorial en un momento en que la coordinación y seguridad es excluyente. El resultado probable es un ecosistema más fragmentado, con mayor vulnerabilidad para productores primarios y cooperativas, y un incremento en la probabilidad de incumplimientos contractuales, litigios y procesos de insolvencia encadenada.

Las consecuencias de este proceso exceden lo estrictamente económico y comienzan a manifestarse en el territorio mismo, abriendo paso a una comparación necesaria con la experiencia europea para citar un ejemplo.

 

 

 

3. Europa refuerza la idea de que el vino sostiene territorios; Mendoza está viendo cómo esos territorios se vacían  

La discusión en el Parlamento Europeo sobre “Un mundo sin vino: ¿Qué está en juego para Europa?”[7] revela un giro importante en la agenda pública europea: el vino deja de ser analizado únicamente como un producto agrícola o un bien de consumo y pasa a ser considerado un activo territorial, cultural y socioeconómico estratégico. EFOW[8] subraya que la sostenibilidad del sector descansa en tres pilares inseparables —ambiental, social y económico— y que, a diferencia de otros, las regiones vitivinícolas europeas han logrado articularlos de manera equilibrada y estable a lo largo de siglos.

El debate también pone en evidencia un riesgo creciente: la tendencia a evaluar el vino exclusivamente desde la óptica de la salud pública. Frente a esta narrativa reduccionista, el parlamento europeo y los expertos convocados reivindican la multidimensionalidad del vino, destacando su rol en la biodiversidad, la vitalidad rural, el enoturismo, la identidad cultural y la cohesión territorial. En regiones con pendientes extremas, suelos pobres o terrazas de montaña —donde la vid es el único cultivo viable— el vino no es solo una actividad económica, sino un mecanismo de supervivencia comunitaria y de mantenimiento del paisaje humano. Esta complejidad territorial y social del vino ayuda a entender por qué los debates regulatorios en torno al sector son especialmente delicados.

A modo de reflexión, la noticia muestra que Europa está intentando construir un nuevo equilibrio regulatorio: políticas que atiendan las preocupaciones sanitarias sin desarticular un sector que sostiene miles de empleos, fija población en zonas rurales y preserva prácticas culturales centenarias. Este enfoque tripartito —salud, sostenibilidad y tradición— anticipa un modelo de gobernanza que podría convertirse en referencia para regiones vitivinícolas fuera de Europa, especialmente aquellas que enfrentan crisis estructurales, como Mendoza.

La distancia entre este enfoque regulatorio cultural e integral y la situación mendocina se vuelve evidente al observar que, frente a la crisis, predominan medidas reactivas antes que políticas estructurales.

 

 

4. Medidas de emergencia y fragilidad sistémica en la vitivinicultura Mendocina

El periodismo especializado señala que las respuestas de los responsables de las políticas, frente a la crisis vitivinícola —ofrecer líneas de crédito a las bodegas a cambio de garantizar un mejor precio del vino y, por extensión, de la uva— revela la profundidad de la fragilidad financiera del sector. [9]

           La pérdida de rentabilidad y el quiebre de la cadena de pagos dejaron de ser indicadores técnicos: hoy son golpes directos sobre productores y bodegas. Como advierte Matías Manzanares, “la crisis es alarmante”,[10]  una frase que sintetiza la magnitud del deterioro económico que atraviesa el sector. Los testimonios son elocuentes: a los costos de energía y cosecha que se duplicaron en un año se suma la interrupción de los pagos, mientras un vino tinto que el año pasado se pagaba a $500 el litro hoy apenas alcanza los $400. No es un ajuste; es una contracción que amenaza la sostenibilidad misma de la actividad

  En este contexto, la medida oficial busca aportar liquidez rápida a un sector donde muchas bodegas operan con márgenes mínimos, precios que crecen por debajo de la inflación, deudas crecientes y ciclos productivos que no se alinean con los plazos de sus créditos. El reciente concurso de Bodegas Norton[11] expone con crudeza esta tensión: condicionar la financiación a mantener precios mínimos revela que el mercado no logra sostener el valor del vino ni proteger al productor, profundizando la fragilidad de toda la cadena.  El efecto cascada en el circuito del crédito no es inmediato, y en los próximos meses el corte de la cadena del pago del sector se profundizará. [12]

  Desde una perspectiva estructural, los datos del INV muestran que el volumen total de ventas de 2023 y 2024 fue el más bajo en dos décadas, incluso por debajo de los mínimos históricos. Este indicador no solo evidencia una contracción comercial profunda, sino que proyecta un escenario de creciente fragilidad financiera para el sector vitivinícola y las actividades que dependen de él. [13]

 Este deterioro comercial se traduce, a nivel operativo, en una creciente complejidad para las bodegas dentro del circuito productivo mendocino. La dependencia de terceros para el abastecimiento de uvas, la dispersión de procesos entre instalaciones propias y ajenas, y una estructura intensiva en personal e inversiones configuran un entramado vulnerable. Esta dinámica, señalada por el semáforo de las economías regionales de Coninagro, [14] ubica al vino y al mosto en alerta roja, evidenciando que la brecha entre ingresos y costos compromete la sostenibilidad económica del sector y limita la capacidad de inversión y continuidad productiva de bodegas y productores.

 Cuando estas tensiones económicas se profundizan y comienzan a traducirse en dificultades de cumplimiento de manera regular y permanente, la fragilidad financiera se expande a lo largo de toda la cadena vitivinícola.

Considerando la dinámica actual, el concurso preventivo aparece como una herramienta jurídica que permite ordenar y reestructurar deudas sin sacrificar la continuidad operativa de la empresa. Su principal virtud, especialmente en sectores de fuerte arraigo territorial como el vitivinícola, es que posibilita la negociación con acreedores mientras el deudor conserva la administración del giro ordinario, evitando así soluciones extremas como la venta apresurada de activos estratégicos o el cierre definitivo de establecimientos.

Erróneamente considerado como un mecanismo de liquidación, el concurso preventivo funciona como un espacio legal para reorganizar pasivos, estabilizar flujos y gestionar tiempo en contextos donde la insolvencia es inminente pero aún reversible. En este sentido, constituye una alternativa coherente con la lógica de preservación de unidades productivas que caracteriza a las actividades agroindustriales regionales. Su relevancia se vuelve aún más evidente cuando las respuestas económicas generales no logran recomponer la liquidez del sector.

En este punto, la dinámica concursal se entrelaza con las condiciones macroeconómicas que moldean la viabilidad de cualquier proceso de reestructuración sectorial.

5. Entre la estrategia exportadora y el riesgo concursal: un equilibrio inestable

La comercialización de vino en el mercado interno argentino alcanzó en 2024 apenas 7.663.317 hectolitros, un nivel 1,2% inferior al del año anterior y muy distante de los más de 9,4 millones de hectolitros consumidos en 2020, durante la pandemia. Aunque la caída muestra una leve desaceleración, la magnitud del retroceso acumulado revela una contracción estructural del mercado interno: en solo cuatro años, el sector perdió casi dos millones de hectolitros de consumo. Esta merma sostenida no solo reduce los ingresos de bodegas y productores, sino que profundiza el estrés financiero de toda la cadena vitivinícola, evidenciando la gravedad de la crisis que atraviesa la actividad.[15]

En el plano económico, el énfasis oficial en impulsar exportaciones como vía para recuperar liquidez confirma que el mercado interno se encuentra saturado y que el sobrestock continúa presionando los precios a la baja. Sin embargo, la estrategia exportadora depende de variables externas —tipo de cambio, costos logísticos, demanda internacional— que no siempre acompañan, lo que limita su eficacia como herramienta anticíclica inmediata.

Desde la perspectiva del derecho de la insolvencia, este escenario configura un riesgo claro: la combinación de falta de liquidez, precios deprimidos y endeudamiento creciente aumenta la probabilidad de incumplimientos contractuales y de insolvencias encadenadas, especialmente entre bodegas medianas y pequeños productores. Esta vulnerabilidad estructural se refleja con nitidez en las declaraciones del propio sector

 La necesidad de “sacar vino como sea para recuperar rentabilidad” sintetiza un escenario donde los bajos precios y los extensos plazos de pago asfixian a productores y bodegas. A esta presión se suma un problema aún más grave: la falta de crédito accesible. Con tasas superiores al 40%, la financiación se vuelve inviable para la mayoría de los actores, que apenas aspiran a “llegar a la próxima vendimia”, según la Asociación de Viñateros de Mendoza. [16]

En la práctica, el sector comenzó a plantear medidas excepcionales al Gobierno, entre ellas una propuesta inédita: adelantar los créditos de cosecha y acarreo —habitualmente disponibles recién en febrero— para evitar que la falta de liquidez derive en incumplimientos, paralización operativa y un agravamiento de la crisis sistémica.

 El reclamo sectorial por activar plenamente el Banco de Vinos[17] y adelantar créditos de cosecha evidencia que las medidas coyunturales no alcanzan para estabilizar un sistema que requiere instrumentos institucionales permanentes.

El Banco de Vinos, concebido como mecanismo de absorción de excedentes y ordenamiento del mercado, sigue siendo una herramienta subutilizada cuya ausencia o debilidad amplifica la volatilidad del sector. En este contexto, la falta de políticas anticíclicas robustas no solo profundiza la crisis económica, sino que también compromete la sostenibilidad territorial y social de la vitivinicultura mendocina, reforzando la necesidad de un enfoque integral que combine regulación, financiamiento y prevención de insolvencias.

Las medidas anticíclicas suelen tardar en implementarse y rara vez responden a tiempo a las crisis del sector. Cuando una crisis vitivinícola provoca precios bajos, exceso de inventario y tensiones financieras, estas políticas tienen un efecto limitado y muchas veces llegan tarde para cubrir las necesidades de liquidez y estabilidad.  

Conclusión

La vinculación entre la insolvencia clásica y los fenómenos emergentes permite diagnosticar con precisión las crisis sectoriales actuales. El caso de la vitivinicultura mendocina es elocuente: ilustra cómo la fragilidad de un sector primario-industrial se propaga ante la confluencia de factores estructurales, tanto endógenos como exógenos.

Actualmente, la combinación de precios deprimidos, costos crecientes y falta de liquidez configura un escenario de insolvencia inminente. Aunque el incumplimiento formal no se haya generalizado, el estrés financiero actual lo torna inminente. Esta fragilidad adquiere un carácter sistémico cuando la caída de actores centrales arrastra al resto de la cadena de valor.

Dada esta interdependencia, el daño se transmite linealmente: del productor a la bodega, y de esta hacia proveedores y el sistema financiero. Esta propagación, intrínseca al circuito de inversión, exige enfoques concursales preventivos y políticas anticíclicas oportunas; su ausencia no solo agrava el cuadro, sino que anula la capacidad de resiliencia del sector.

Históricamente, la vitivinicultura mendocina repite este patrón. Pese a los cambios tecnológicos o macroeconómicos, los ciclos recesivos mantienen constantes críticas: sobreproducción, tensiones en la cadena de pagos y una persistente falta de intervención temprana. En este sentido, estudiar estas recurrencias no es un ejercicio descriptivo, sino una condición necesaria para interpretar la lógica de un sector territorialmente sensible.[18]  Solo este aprendizaje histórico permite evaluar la eficacia de las respuestas públicas y privadas, revelando por qué ciertas medidas resultan tardías o insuficientes ante dinámicas que ya se encuentran profundamente instaladas.

 

Carlos Alberto Ferro

Universidad del Aconcagua (Argentina)

ORCID iD: 0009-0000-3478-9765

Email: carlosalbertoferro@uda.edu.ar

  Diciembre 2025



[1] Carlos Alberto Ferro, abogado, egresado de la Universidad de Mendoza, Argentina. Especialista en Sindicatura Concursal y Entidades en Insolvencia por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Cuyo (U.N.C.). Candidato a Doctor en Derecho y Nuevas Tecnologías por la Universidad de Mendoza (cohorte 2023/2024). Profesor Adjunto de Derecho Comercial II – Concursos y Quiebras – en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Aconcagua (Mendoza). Miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Concursal (IIDC)

 2 Hinojosa, M. (2008, 5 de noviembre). Crisis mundial: Preocupación en el sector vitivinícola del Valle de Uco. MDZ Online. https://www.mdzol.com/notas/2008/11/5/crisis-mundial-preocupacion-en-el-sector-vitivinicola-del-valle-de-uco-547240.html     

[3] En vitivinicultura, una crisis estructural es aquella que no se debe a un evento puntual, sino a problemas profundos, persistentes y de largo plazo que afectan la capacidad del sector para funcionar de manera sostenible. No es un bache coyuntural: es un desajuste permanente, extendido en el tiempo, entre la oferta, la demanda, los costos y el modelo productivo.

[4] Ley 9684, Provincia de Mendoza, que aprueba la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto “PSJ Cobre Mendocino”, Boletín Oficial del 11 de diciembre de 2025

[5]  MDZ Política. (2025, 27 de noviembre). Vino sin alcohol, crisis y CIU obligatorio: qué dijo Vargas Arizu sobre los desafíos del sector vitivinícola. MDZ Online. https://www.mdzol.com/politica/vino-alcohol-crisis-y-ciu-obligatorio-que-dijo-vargas-arizu-los-desafios-del-sector-vitivinicola-n1395870 

[6] En el sector advierten que la eliminación de controles del INV deja sin respaldo legal la entrega de uva y abre la puerta a maniobras que afectarían la calidad y la transparencia en la industria. Ver La Gaceta. (2025, 9 de diciembre). “Se lo dijimos en la cara a Sturzenegger”: qué responde el sector vitivinícola a las nuevas medidas. https://www.lagaceta.com.ar/nota/1116084/economia/se-lo-dijimos-cara-sturzenegger-responde-sector-vitivinicola-nuevas-medidas.html 

[7] Vinetur. (2025, 9 de diciembre). Wine sector crisis spurs EU action as debate highlights role in rural economies and culture. https://www.vinetur.com/2025120994074/wine-sector-crisis-spurs-eu-action-as-debate-highlights-role-in-rural-economies-and-culture.html

[8] La European Federation of Origin Wines (EFOW), organización que representa a las
denominaciones de origen de vino europeas
.

[9] Flores, M. Á. (2025, 21 de octubre). Crisis vitivinícola: el Gobierno ofrece crédito a bodegas a cambio de un mejor precio del vino. Diario UNO. https://www.diariouno.com.ar/economia/crisis-vitivinicola-el-gobierno-ofrece-credito-bodegas-cambio-un-mejor-precio-del-vino-n1489036

[10] Manzanares (citado en Flores, 2025)

[11] Autos Cuij: 13-07971624-8((011901-1255077)) “Bodega Norton S.A. P/ Megaconcurso”, originarios del Primer Juzgado de Procesos Concursales de Mendoza. Fuente: https://wwwnoti.jus.mendoza.gov.ar/

[12] Ante la caída de consumo (casi 7 meses de stocks), el Gobierno acordó con las cámaras un crédito para dar liquidez a las bodegas y poder exportar. (Flores, 2025)  

[13] Instituto Nacional de Vitivinicultura. (2024). Informe anual del mercado interno de vinos 2024. https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2018/10/informe_anual_mercado_interno_de_vinos_2024.pdf

 

 

[14] Noticias Mendoza. (2025, 14 de diciembre). Alerta roja para el vino: Coninagro advierte una fuerte caída de la rentabilidad. https://noticiasmendoza.com.ar/alerta-roja-para-el-vino-coninagro-advierte-una-fuerte-caida-de-la-rentabilidad/

[15] Instituto Nacional de Vitivinicultura. (2024). Informe anual del mercado interno de vinos 2024. https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2018/10/informe_anual_mercado_interno_de_vinos_2024.pdf

[16] Flores, 2025

[17] LEY 9.245 MENDOZA, 5 de agosto de 2020 Boletín Oficial, 11 de agosto de 2020. Id SAIJ: LPM0009245

 

[18] Ferro, V. P. (2008). Los efectos económicos de la crisis mundial de 1929 en la provincia de Mendoza: Graves consecuencias en la industria vitivinícola. Editorial Dunken.

Version Podcast Doom Spending y deuda emocional: por qué el derecho concursal debe repensarse para una generación en riesgo.

Podcast: https://drive.google.com/file/d/1RRUpmSxokx7X0YiyfmA5_r-DEmUXurUn/view?usp=sharing   https://drive.google.com/file/d/1RRUpmSxokx7X0...