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Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/212030 |
La inflación reprimida por cualquier medio tiene un final anunciado y poco feliz para los ciudadanos. Es un juego de suma cero para el asalariado con efectos lamentables porque repercute en todo el ciclo de negocios e inversión. Utilizar el congelamiento de tarifas, control de precios, prohibición de exportaciones son todas expresiones del Estado interventor de la economía características de las épocas de inflación reprimida que generaran mas pobreza. Esto se experimento con resultados negativos entre 2003-2015. Se están aplicando las mismas recetas.
Por otro lado, la percepción del incumplimiento de los compromisos asumidos mella la confianza, que es vital en el mercado. La falta de credibilidad y de liquidez son factores disuasivos de la inversión y producción, variables esenciales para superar toda dificultad. El sesgo ideológico y cultural de gran parte de la sociedad impide ver las soluciones propiciadas por otros países mas coherentes en sus direcciones y objetivos.
Con seguridad, la improvisación y la falta de plan, en especial, en lo económico aumentan los costos que debe soportar la sociedad sometida no solo a una crisis sanitaria sino económica. La pérdida de dirección se ve reflejada en amplios aspectos de la crítica economía nacional. Que en estos días desde los mercados financieros globales hayan calificado al país como "downgrade a standalone" por debajo de aquellos denominados como "frontera" y " emergentes" -caso de Tobago, Zimbabue, entre otros- demuestra el grado de descomposición alcanzado.
¿Le interesa a la clase dirigente esta situación de decadencia sustentable? La respuesta es no. Ellos viven sin el discernimiento adecuado para comprender la realidad y tomar decisiones. Basta ver el aumento de los índices de precios que reflejan lo desacertado de las decisiones económicas tomadas. Que la República este en riesgo, parece que a nadie le importa, y es esa indiferencia de una buena parte de la sociedad del manejo de la cosa publica, el principal capital de la "casta dirigente" que sigue cometiendo errores de administración sin importar las consecuencias.
Se trata de un gobierno al que no le interesa la empresa privada, la desprecia. Aunque vive a costa de lo que ella genera. La salida del país de la categoría de emergente, le cierra aún mas las puertas a la financiación justo en tiempos donde la inversión resulta esencial para generar condiciones de productividad.
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Fuente: https://eleconomista.com.ar/2021-05-estado-aprueba-capitalizacion-de-impsa/ |
En este sentido, nacionalizar empresas como se hizo con "IMPSA" no es de ninguna manera una buena señal. Al contrario además de generar mayor déficit publico, cuando urge disminuirlo, representa un camino equivocado. De las crisis no se sale con mayor intervención del Estado, sino todo lo contrario como lo demuestran los países del primer mundo: mayor inversión privada y educación de excelencia. Tenemos graves falencias en ambos puntos.
A partir de este nuevo hecho económico, por así describirlo, el país no esta en ningún índice. Por eso los inversores abandonan las acciones de las escasas empresas argentinas que cotizan en los mercados financieros. Atravesando una crisis provocada por el COVID-19 con mas de 90.000 muertos y una inflación mensual que supera el 3,8%, las empresas del sector privado deberán seguir sorteando duros obstáculos en su carrera por sobrevivir antes que el Estado voraz, su gran enemigo, la despedace.