En
2025, Argentina se encuentra en un escenario económico y político complejo,
definido por la volatilidad de los mercados internacionales y retos internos
significativos. El sector agrícola, un pilar esencial de la economía argentina,
desempeña un papel decisivo en el producto interno bruto (PIB) y en la
generación de empleo en el país. No obstante, la denominada "crisis
agrícola" a principios de año ha revelado la profunda vulnerabilidad del
sector ante factores climáticos y políticos. Este fenómeno es particularmente
evidente en el cultivo de soja, cuya recuperación depende en gran medida de
estas variables.
Un
informe del Banco Mundial[i]
destaca que el sector agroalimentario argentino se encuentra en un momento de
inflexión, dispuesto a reclamar su posición como líder global y a consolidar su
rol como generador de ingresos, empleos y seguridad alimentaria. Sin embargo,
los defaults de empresas argentinas en este sector pueden ser tanto una causa
como una consecuencia de esta situación. Por un lado, los problemas económicos
y políticos que conducen a los defaults pueden debilitar la competitividad del
sector. Por otro lado, la falta de competitividad y estabilidad puede llevar a
más defaults, afectando así toda la cadena de pagos.
El presente trabajo sostiene que el
default de empresas en el sector agrícola puede ser tanto planificado como
inesperado, dependiendo de las circunstancias y de la falta de adaptabilidad al
entorno. La dificultad financiera de algunas empresas no necesariamente implica
que todo el sector agrícola esté comprometido. En otras palabras, las
dificultades financieras de ciertas empresas no se pueden generalizar a todo el
sector, el cual está atravesando profundas transformaciones macroeconómicas.[ii]
El default selectivo de algunas empresas se debe más a problemas de
comportamiento económico que a las políticas gubernamentales en sí mismas.
2. Algunas causas de la tensión
financiera en el sector agrícola
Son varios los factores que
contribuyen a una situación de estrés financiero. A continuación, se abordarán
aquellos que se consideran más importantes y que, por razones de espacio, serán
brevemente detallados.
a. Precios internacionales
La
relación entre los precios internacionales y el default de empresas agrícolas
argentinas es bastante directa y significativa. La caída de los precios de los
granos,[iii] especialmente de la soja, ha
tenido un impacto importante en la producción agrícola en Argentina. Cuando los
precios internacionales de la soja suben, los productores argentinos están
incentivados a aumentar la producción para maximizar sus ganancias. Sin
embargo, si los precios caen, la producción podría reducirse, exacerbando así
la crisis económica. La incertidumbre está estrechamente relacionada con la
volatilidad de los precios de los productos agrícolas. Así, mientras los
precios del girasol y el maíz se mantienen estables, la soja no.
La caída de los precios internacionales reduce los
márgenes de rentabilidad de las empresas agrícolas.[iv] Esto significa que tienen
menos dinero disponible para cubrir sus costos operativos y deudas. Al
disminuir el ingreso por la venta de sus productos en los mercados
internacionales, las empresas enfrentan dificultades para mantener su nivel de
producción y cumplir con sus compromisos financieros. Esta situación se agrava
cuando los costos de producción, como insumos y mano de obra, permanecen
constantes o aumentan, creando una presión adicional sobre los márgenes de
ganancia.[v]
b. Costos elevados
El aumento de los costos de
producción y de los insumos se ha agravado. Para mayo del año pasado, los
costos de producción del trigo superaron en un 7% el promedio de los últimos
cinco años, alcanzando U$S 662 por hectárea.[vi] Aunque el gobierno
eliminó los aranceles de importación para ciertos fertilizantes en mayo de
2024, con la intención de reducir costos para los productores agrícolas, esto
no se ha reflejado en los precios locales. Estas medidas solo tienen un impacto en el
mediano y largo plazo, por lo que el control de costos en el sector agrícola es
esencial en todo momento para mejorar la competitividad y sostenibilidad, sin
descuidar el contexto de los precios internacionales como ya se mencionó. El
panorama del 2025 obliga a diferenciar escenarios por productos.[vii]
c. Retenciones
y tipo de cambio.
Las
retenciones y el tipo de cambio pueden considerarse tanto causas exógenas como
endógenas del default. Las retenciones y la diferencia de tipo de cambio
permiten al Estado quedarse aproximadamente con el 63% del valor internacional
de la soja. Con el restante, los productores deben arriesgarse a volver a
producir y tratar de vivir en un ciclo productivo muy vulnerable a diversos factores.
Las retenciones impositivas sobre las
exportaciones agrícolas reducen los ingresos netos de las empresas. Esto
significa que, aunque vendan sus productos en el mercado internacional, una
parte significativa de los ingresos se destina al Estado, dejando menos dinero
disponible para cubrir costos operativos y deudas. Las altas retenciones pueden
disminuir la competitividad de los productos argentinos en el mercado global,
ya que los productores tienen menos incentivos para invertir en tecnología y
mejoras. En este contexto, es cierto que el Estado argentino y su burocracia
son muy costosos para el sector privado y poco eficientes en el manejo de
políticas públicas destinadas a la reconversión y productividad del sector.
El tipo de cambio afecta el
valor de las exportaciones y las importaciones. Una apreciación del tipo de
cambio puede hacer que los productos argentinos sean más caros en el mercado
internacional, reduciendo la demanda y, por ende, los ingresos de las empresas
agrícolas. Además, una devaluación del peso puede aumentar los costos de los
insumos importados, como fertilizantes y maquinaria, lo que también afecta
negativamente los márgenes de rentabilidad.
Pero esta
singular situación no es propia de la Argentina. El diario El País de España,[viii]
en un interesante informe resalta los desafíos
significativos del sector agrícola en Europa debido a la competencia global. Sostiene
que para competir con economías como la de EE. UU. y China, la UE debe invertir
en la mejora de su modelo productivo y en la capacitación de sus profesionales.
Lo que permitirá a los productores europeos optimizar sus operaciones, adoptar
tecnologías avanzadas y gestionar sus finanzas de manera más eficiente. Resalta que el modelo productivo español tiene
tres problemas: los sectores que lo componen, muchos con bajo valor añadido; el
ecosistema de infraestructuras e interacciones y la baja inversión en I+D.
¿Cómo está el sector agrícola argentino en relación a estas variables, mejor
o peor?
d. Vinculación de problemáticas internacionales:
La
dinámica del mercado internacional influye directamente en la formación de los
precios locales, dado que algunas producciones, como la de soja tienen como
destino el mercado de exportación.[ix]
La producción agrícola en otros países, como Brasil y Estados Unidos, también
ejerce una influencia significativa. Es importante considerar varios factores
para reconocer que toda economía está interconectada, y que, aunque permanezca
aislada, no está exenta de sufrir impactos externos. Basta con observar lo que
sucede con el sector de la maquinaria agrícola a nivel global.
La
crisis en el mercado de la maquinaria agrícola se manifiesta tanto en Estados
Unidos como en Argentina, con ambos países enfrentando una disminución
significativa en la demanda de equipos agrícolas.[x] En Estados Unidos, la
reducción en las compras por parte de los productores ha llevado a un aumento
de los inventarios y problemas para los concesionarios. De manera similar, en
Argentina, la producción de maquinaria agrícola también enfrenta desafíos importantes.
Esto indica que la crisis está extendida, reflejando problemas estructurales que
afectan tanto a los productores como a la industria de maquinaria en el país y
en el exterior.
3. Percepción y expectativas
erróneas
La rentabilidad negativa en el
sector agrícola puede atribuirse a errores en la percepción del negocio y a
expectativas infundadas mantenidas en el tiempo. Estos errores y expectativas
erróneas pueden distorsionar la toma de decisiones, llevando a inversiones poco
adecuadas y a una planificación ineficaz. Estas fallas en la gestión financiera
y operativa local impactan directamente en las microeconomías de los
productores, quienes enfrentan dificultades para cubrir sus costos operativos y
deudas.[xi]
Como se señaló, el sector
agrícola enfrenta una caída en los precios internacionales de los granos, los
más bajos en al menos cuatro años, lo que afecta gravemente las expectativas de
rentabilidad. La situación se ve exacerbada por grandes cosechas en los
principales países productores, como Brasil y Estados Unidos, además de la
mejora en la producción en Argentina. Esta combinación de factores ha actuado
como un disparador.
A esto se suma un tipo de
cambio oficial casi estancado y el aumento de los costos en dólares. Además,
las retenciones no se han reducido, lo que sigue presionando sobre los márgenes
de rentabilidad de los productores, muchos de ellos ya negativos. En este
contexto, importa que los productores desarrollen una comprensión más precisa
del mercado y adopten prácticas financieras y operativas sólidas para mitigar
estos desafíos. Es quizás el momento de cambiar de dirección, y eso implica cambiar
de perspectivas. Pero no todo se reduce a una visión económica.
Desde una perspectiva psicológica, el
temor a los incumplimientos puede ser visto como una reacción emocional a la
incertidumbre y al estrés financiero. Las empresas, al enfrentarse a deudas
impagas y caídas de precios, pueden experimentar una respuesta de lucha o
huida, en la cual buscan soluciones rápidas para evitar el colapso financiero.
Esta situación de sospecha generalizada y confusión puede generar ansiedad y
turbulencia tanto en los gestores de las empresas como en los empleados, lo que
repercute en la toma de decisiones equivocadas.
Además,
la caída de los precios internacionales y la
disminución de ventas pueden afectar la moral y
la confianza de los trabajadores, lo que a su vez puede influir en la
productividad y la eficiencia de la empresa, justo en el momento que se
requiere todo lo contrario. La percepción de inestabilidad puede llevar a una mentalidad
defensiva, donde las empresas se vuelven más
conservadoras en sus decisiones financieras y operativas generando tensiones
con los proveedores, empleados y sindicatos.
La firma Surcos, proveedora de insumos,
registró un default inicial de US$500.000, mientras que Los Grobo Agropecuaria
y Agrofina, ambas parte del grupo Los Grobo, acumulan deudas impagas por
US$100.000 y $400 millones, respectivamente.[xii] Según la prensa especializada, este llamado “temblor
en el agro”, con el default de reconocidas empresas, abrió una caja de pandora
y se teme que haya más incumplimientos de compromisos. Puede que esto se trate
de un error de percepción ¿Por qué?
Estos eventos son
situaciones aisladas y no necesariamente significan que todo el sector esté en
una crisis.[xiii]
La incertidumbre económica actual del sector, exacerbada por la volatilidad de
los precios internacionales y otros factores macroeconómicos, afecta de manera
diferente a cada empresa con distintos niveles de stress financiero, se
desconoce la profundidad de la situación. Es necesario analizar cada caso en su
contexto específico, considerando las variables endógenas y cómo las exógenas
las impactan, antes de sacar conclusiones generalizadas que solo aumentan las
expectativas negativas y perpetúan errores de percepción en otros actores del
circuito.
4. El
incumplimiento empresarial no implica necesariamente que todo el sector
agropecuario esté comprometido
Los hechos de incumplimiento no pueden ser
considerados como crisis de confianza en todo el sector. Esto sería desconocer
varios aspectos financieros e ignorar el comportamiento económico de los
agentes afectados. La existencia de defaults por parte de dos
empresas puede obedecer a razones específicas,[xiv]
como una mala gestión administrativa, decisiones de inversión erróneas, o
problemas puntuales de liquidez.
Atribuir a todo el sector agropecuario una
crisis de confianza por los problemas aislados de unas pocas empresas
distorsiona la realidad y puede conducir a generalizaciones incorrectas que
perjudican la percepción del sector en su conjunto. Además, un análisis
minucioso de las variables macroeconómicas y microeconómicas, así como de los
factores externos como políticas gubernamentales y condiciones climáticas, debe
realizarse para entender el verdadero alcance y las causas del incumplimiento,
sin caer en prejuicios que afecten injustamente a empresas que siguen operando
de manera eficiente y responsable.
La
reciente cesación de pagos por parte de empresas agropecuarias en Argentina,
como Agrofina, entre otras, ha desencadenado una preocupación en el mercado
financiero, destacando la importancia de los pagarés bursátiles[xv] como instrumento de
financiamiento. Estos pagarés permiten a las empresas obtener liquidez a través
del mercado de capitales mediante la emisión de títulos de deuda a corto o
mediano plazo. Las normativas de la Comisión Nacional de Valores (CNV) exigen a
las empresas el cumplimiento de requisitos específicos, como la presentación de
estados contables auditados y, en algunos casos, el respaldo de Sociedades de
Garantía Recíproca (SGR).[xvi]
No es objeto de este trabajo explicar la
operatoria de los pagarés bursátiles, pero sí es importante destacar que los
problemas de refinanciación no están extendidos en todo el sector agropecuario.
Debería analizarse el volumen de todas las empresas mediante el registro en la
Comisión Nacional de Valores (CNV) para determinar el porcentaje de
incumplimiento. Mauricio Bartoli, en nota citada,[xvii]
sostiene con acierto que, en poco más de un año, el cambio del modelo económico
y político ha generado una brecha significativa. Anteriormente, bajo el
gobierno anterior, se tendía a adelantar las compras de insumos para evitar el
encarecimiento en dólares, mientras que, en la situación actual, las compras y
ventas de granos se realizan a último momento.
Es
importante subrayar que los casos de iliquidez financiera transitoria pueden
manifestarse en incumplimientos aislados, pero esto no implica que todo el
sector agropecuario esté en cesación de pagos. Un incumplimiento aislado no
representa un estado de desequilibrio económico que afecte todo el patrimonio,
ya que para ello se necesitaría una regularidad y permanencia en dichos
incumplimientos. Es fundamental entender que estos problemas puntuales podrían
resolverse con la próxima cosecha, debido a los ciclos agrícolas y la dinámica
del circuito económico del sector. Cobra relevancia cómo la percepción del
sector agropecuario puede verse desestabilizada por diversos factores internos
y externos
5. Factores
desestabilizadores en la propia percepción del negocio
Cualquier enumeración de factores
desestabilizadores o que potencian la vulnerabilidad de una empresa al default
es enunciativa. Por mencionar algunos ejemplos, un aumento significativo en la
superficie sembrada de soja u otro grano puede llevar a una sobreoferta en el
mercado, reduciendo los precios y exacerbando los bajos márgenes de
rentabilidad. Si los precios de los granos no cubren los costos de producción,
esto puede repercutir en otros actores del sector, como los propietarios de
tierras, que podrían verse obligados a reducir los precios de alquiler para
mantener a los arrendatarios, afectando sus propios ingresos.[xviii]
La
falta de previsibilidad y planificación en el sector agropecuario puede ser un
factor importante más allá de la coyuntura económica que promueva malas
decesiones.[xix]
La expansión no planificada de la superficie sembrada y la falta de ajuste en
los costos de alquileres y servicios reflejan una deficiencia en la
planificación estratégica a largo plazo. Sin una previsión adecuada, los
productores pueden tomar decisiones que resulten en una sobreoferta, bajos
precios y márgenes de rentabilidad negativos, exacerbando las dificultades
económicas.
Las empresas agrícolas no solo deben
considerar el tiempo como un factor climático, sino también el contexto
económico en el que operan. Aunque no se puede controlar el clima, sí es
posible tomar medidas para adaptarse a él. La percepción de los actores puede
jugar un papel relevante en cómo responden a las fluctuaciones en el valor
internacional de los commodities y averiguar qué es lo que está pasando en el
mundo para una mejor resilencia local. En
situaciones de transformaciones como las que vive la Argentina, la percepción y las expectativas[xx]
pueden influir tanto como los factores económicos concretos.
¿Qué
es la percepción? Es la forma en que se ven y entiende lo que sucede a nuestro
alrededor y lo que decidimos que esos hechos significan. Las percepciones o
bien pueden ser una fuente de fortaleza o de gran debilidad, para que la
coyuntura no abrume, las ideas preconcebidas pueden resultar peligrosas. Siendo
indispensable distinguir entre señales engañosas de las que no lo son,
eliminando prejuicios o perspectivas sin consideración de elementos.
La
economista Lorena D’Angelo, del AZ Group, mencionó en una entrevista que,
aunque la caída de los precios en los últimos meses ha sido un factor
importante, la presión sobre los mismos se ha incrementado debido a las buenas
perspectivas productivas y a una gran cantidad de soja retenida por los
productores. Como resultado, los productores se enfrentan a precios más bajos y
a una mayor cantidad de mercadería sin vender, ya que esperaban una mejora en
los precios o una reducción en los derechos de exportación por parte del
Gobierno. Sin embargo, esa expectativa a corto plazo se ha desvanecido.[xxi]
No caben dudas de que las erróneas
perspectivas y falsas expectativas pueden llevar a las empresas al default, tal
como está sucediendo. Esto ocurre porque las decisiones empresariales a menudo
se basan en percepciones y expectativas sobre el mercado y las condiciones
económicas futuras que simplemente no ocurren. Tomar decisiones
basadas en información incorrecta trae desbalances financieros graves. Si
una empresa percibe incorrectamente la situación actual del mercado, puede tomar
decisiones equivocadas, como invertir en exceso o no tomar medidas necesarias
para contrarrestar los efectos.[xxii]
Las
expectativas equivocadas sobre futuras decisiones del gobierno pueden llevar a
las empresas a una planificación financiera deficiente. Depender de cambios en
políticas, como la reducción de impuestos, sin tomar acciones proactivas, puede
resultar en decisiones financieras comprometedoras. Por ejemplo, asumir niveles
de deuda más altos de los que pueden manejar o no reservar suficiente capital
para tiempos difíciles. Una reacción tardía a los cambios de mercado también
puede resultar comprometedor. Si los productores son demasiado optimistas,
pueden tardar en adaptarse a condiciones adversas, agravando así sus problemas
financieros.[xxiii]
Además, el proceso productivo incluye variables que el productor no puede
optimizar, como los derechos de exportación (DEX) y la logística, que consume
una parte significativa de lo producido.
El
problema no examinado a fondo es que los productores ahora deben empezar a
pagar sus deudas, pero como no están vendiendo, se ven obligados a solicitar
refinanciaciones. Se desconoce el nivel de endeudamiento o riesgo crediticio que
tienen, al punto de que algunas calificadoras de crédito consideran que esta
situación podría generar mayores casos de estrés financiero en el sector. Esto
afecta a las empresas que suministran insumos agrícolas, ya que enfrentan una
disminución en las ventas y deben ofrecer financiamiento a los productores.
Estas empresas terminan actuando como si fueran bancos, aunque no lo son,
porque han tenido que financiar sus ventas a productores que no vendían.[xxiv]
6. Conclusiones
En un
contexto sin inflación y con precios bajos, las dinámicas y reglas de juego
para los actores del sector agrícola cambian significativamente. Según la
teoría del proceso creativo de Schumpeter,[xxv] esta situación haría más
evidentes los problemas estructurales y operativos del sector, llevando
inevitablemente a algunas empresas a la quiebra o a procesos de
reestructuración financiera. Este fenómeno, conocido como "destrucción
creativa", es inherente a los ciclos de negocio y la inversión en un
sistema capitalista, donde la innovación y la adaptación son clave para la
supervivencia. Mientras algunas empresas se adaptan y prosperan, otras no
logran superar los desafíos y terminan desapareciendo, abriendo espacio para
nuevos actores y tecnologías innovadoras.
La
gestión financiera ordenada y la eficiencia operativa son herramientas
esenciales para las empresas agrícolas en Argentina, especialmente en un
contexto de retenciones y fluctuaciones del tipo de cambio y donde la economía
está en transición permanente. La forma en que una empresa maneja sus finanzas,
incluyendo cómo se protege contra las fluctuaciones del tipo de cambio y cómo
maneja las retenciones, es una causa endógena que puede determinar su
estabilidad o inestabilidad financiera.
Si
una empresa no es eficiente en su operación diaria, los impactos negativos de
las retenciones y el tipo de cambio, sumado a otros factores como el climático,
pueden en el tiempo ser más pronunciados, llevándola a dificultades financieras
significativas hasta tal punto que entran en default. Los errores propios no
pueden ser atribuidos a una política económica determinada; como decía
Friedrich Hayek, cada individuo es responsable de sus propias decisiones y
acciones en el mercado, y el éxito o fracaso depende en gran medida de su
capacidad de adaptación y eficiencia.
Carlos Alberto Ferro
carlosalbertoferro@uda.edu.ar
Enero 2025
[i]
Argentina es el
tercer exportador mundial de alimentos, y el sector agrícola representa el 15,7% del producto bruto
interno (PBI) y el 10,6% de los ingresos tributarios de 2021. Sin embargo, en
los últimos años el país ha ido perdiendo participación en los mercados
internacionales, lo que genera preocupación por la competitividad del sector Banco Mundial.
(2024, junio 4). Agricultura argentina: Hacia un sector agroalimentario más
competitivo, inclusivo y resiliente. Banco Mundial. Sitio web: https://www.bancomundial.org
[ii] Según el periódico on line infobae, “…por un lado,
están los agroquímicos, con algunos puntuales, de hecho, y por otro problemas
de apalancamiento financiero que pueden tener otras empresas del sector agrícola”
Boettner, (M.) “Mas dudas financieras en el agro…” 2/01/2025
[iii] Eugenio Irazuegui, de Zeni, explicó
que “en el año la soja ha retrocedido más de US$115 por tonelada,
es decir, un 24,3% medido en dólares corrientes” en Vázquez, (P.) La nación, “Tormenta
perfecta el combo de precios bajos costos elevados y apreciación del tipo de
cambio” sitio web: lanacion.com.ar 1/01/2025
[iv] Los dos
commodities agrícolas que más brillaron a lo largo de este año fueron el cacao
y el café. Entre tanto el que peor se movió fue la soja en los mercados
internacionales, un insumo clave para muchos países de la región. Fuente: Bloomberg,
30/12/2024, “Conozca los commodities ganadores del 2024” https://www.bloomberglinea.com/
[v] Nota: Hay que
considerar ciertos aspectos de la historia económica de algunos países de
Sudamérica. Argentina: ha pasado por numerosos ciclos
económicos, incluyendo períodos de auge y crisis. Durante el auge de la soja y
el maíz en los años 2000, Argentina experimentó un crecimiento económico
significativo, pero también ha enfrentado crisis severas, como la crisis de
2001-2002, que resultó en una gran recesión y alta inflación; Brasil: también
ha tenido ciclos económicos marcados por altos y bajos. En la década de 1970,
el país experimentó un auge económico conocido como el "Milagro
Brasileño", seguido de una crisis económica en la década de 1980. En los
últimos años, Brasil ha enfrentado desafíos económicos, incluyendo recesiones y
altos niveles de inflación; Chile: ha tenido un historial de estabilidad
económica en comparación con otros países de la región, pero también ha
enfrentado desafíos. La crisis económica de los años 1980, conocida como la
"Gran Recesión Chilena", fue un período de baja crecimiento y alta
inflación. Perú: Perú ha experimentado ciclos económicos similares, con
períodos de crecimiento impulsado por la exportación de minerales y otros
productos, seguidos de crisis económicas debido a la volatilidad de los precios
internacionales y problemas internos.
[vi] La Nación, 17.05.2024
“Los costros de producción están por encima del 7% promedio de los últimos
cinco años” en www.lanacion.com.ar
[vii] Erize,
(E.), 21.12.2024 “El panorama de precios para el 2025 obliga a diferenciar
escenarios por productos” en www.lanacion.com.ar
[viii] Zufiria,
J., 1.01.2025. El País ”¿El fin de la decadencia en Europa? web site:
elpais.com.es
[ix] Vázquez, Pilar ob.
cit.,
[x] Mendiondo,
A, 20.12.24 “Crisis sin precedentes: la inédita
depresión que golpea al mercado de la maquinaria agrícola en Estados Unidos.” www.lanacion.com.ar
[xi] En
otras palabras, no se enfrentan ya a un incumplimiento aislado, sino a un
estado de cesación de pagos, esto es incumplimientos regulares y permanentes en
el tiempo. La falta de ingresos suficientes, la falta de control de costos y la
mala administración de recursos agravan la situación financiera, aumentando el
riesgo de default.
[xii] Bertello,
F. 29.12.2024 “Temblor
en el agro: el default de reconocidas empresas abrió una caja de Pandora y
temen que haya más incumplimientos de compromisos” en www.lanacion.com.ar
[xiii] Incumplimientos de pagarés y defaults, como
los registrados por Surcos, Los Grobo Agropecuaria y Agrofina, afectan la
liquidez y la capacidad de los productores para financiar sus operaciones. Así el
gobierno saque las retenciones, el campo no se salva de las demás variables. Hay
que revisar todo, el costo del arrendamiento, las labores, los agroquímicos, la
logística, error de stocks, todo pasa, cuando no hay inflación y precios bajos,
salen a la superficie ciertos problemas.
[xiv] Bartoli,
(M.) 28.12.2024, “La trama de dos defaults agropecuarios que desataron una
crisis de confianza en el mercado” sitio web:
https://www.clarin.com/
[xv] El pagaré bursátil es una alternativa de
financiamiento que utilizan las empresas para financiar su actividad, por medio
de la cual un emisor (Empresa) promete pagar al beneficiario (Inversor) una
suma determinada de dinero en una fecha cierta. Puede aplicarse tanto para
necesidades de corto plazo como para financiar proyectos de inversión a más
largo plazo, de hasta 3 años. Fuente: https://criteria.com.ar/
[xvi] https://assurcapital.com.ar/
[xvii] Bartoli,
(M.) ver nota Nº XIII
[xviii]
Nota: La
combinación de márgenes de rentabilidad estrechos y la presión para reducir
costos puede tener un efecto dominó en la economía local y nacional, afectando
a proveedores, empleados y otros actores relacionados con el sector agrícola.
[xix] Nota: No se puede
afirmar que todos los productores estén en una situación de insolvencia, quizás
algunas empresas proveedoras del sector sí están sufriendo. Guardar soja u otro
producto, implica posponer o cancelar consumos, lo cual afecta directamente a
los proveedores, quienes deben capear de alguna manera la dislocación que está
sufriendo la economía argentina. El modelo de negocio está cambiando, basta
advertir que los precios de los commodities no son tan altos como hace algunos
años atrás. Es necesario ajustarse a
esta nueva realidad y ello implica necesariamente un cambio de visión y
perspectiva.
[xx]
La
expectativa es la creencia o la anticipación sobre lo que sucederá en el
futuro, se basa en la información actual, las tendencias y las predicciones
[xxi] Vázquez, Pilar ob. cit
[xxii] Por
ejemplo, si los productores agrícolas creen que los precios de la soja van a
subir cuando en realidad caen, podrían aumentar la producción de manera
insostenible
[xxiii] Boettner,
(M.), 2.01.2025 “Mas dudas financieras en el agro…”https://www.infobae.com/
[xxiv] Esta situación empeora la crisis, ya que las empresas
de insumos también enfrentan dificultades financieras y operativas, creando un
ciclo de deuda y refinanciación que no necesariamente está relacionado con una
política económica gubernamental. Rumi, (M.J.), 29.12.2024,”Analistas prevén
que el default de empresas del agro afecte el crédito” www.lanacion.com.ar
[xxv] Schumpeter, J. A.
(1942). Capitalism, Socialism and Democracy. Harper &
Brothers.
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