El sector inmobiliario
de China amenaza con infligir daños a la economía
en general del país y sus
efectos pueden ser de implicancias globales. Otro desarrollador gigante del
país asiático, Country
Garden, está enfrentando un
incumplimiento propio después de perder pagos a los prestamistas y tener $ 200
mil millones en facturas impagas.[i]
La presentación en concurso que no es oportuna
repercute en el circuito de los negocios y la inversión, afectando a los
eslabones más débiles de la cadena y puede provocar fuertes desequilibrios en una
economía regional. Para el caso de la compañía inmobiliaria China, la
presentación se produce dos años después de que incumpliera con su deuda, lo
que provocó incumplimientos de desarrolladores chinos más pequeños y un efecto
expansivo en el mercado.
La entrada cerrada a un proyecto residencial Evergrande en Taiyuan, China,
en 2021, que, aunque aparentemente se completó, nunca se abrió.
En 2020, el gobierno chino tomó medidas enérgicas contra el endeudamiento excesivo, limitando la capacidad de las compañías de bienes raíces para recaudar dinero y provocando una serie de incumplimientos. Consideraba que las viviendas son para vivir y no para especular. Todo el ecosistema que se construyó alrededor sufrió las consecuencias de la medida política, y sus efectos, se están notando. La quiebra de muchos desarrolladores inmobiliarios está en curso.
La mezcla exuberante de construcción y
operaciones riesgosas terminan por afectar a todo el sector, en este caso
inmobiliario y sus consumidores. Algo similar sucedió con las hipotecas
subprime en el año 2008 en EE.UU que termino provocando una crisis de liquidez
mundial. Los compradores de viviendas con frecuencia solicitaban hipotecas para
comprar inmuebles antes de que se completara la construcción, proporcionando a
los desarrolladores un flujo constante de ingresos y liquidez que utilizaron
para operar y construir más casas.
Pero hay que ampliar el análisis y reconocer
los problemas de la economía China, en general, y el mercado inmobiliario, en
particular. A la medida política señalada que se adoptó para evitar la
especulación inmobiliaria, se agregó la pandemia, consumidores reacios a gastar
y la cautela de inversores. El modelo de progreso y crecimiento adoptado sufrió
un brusco cambio de las circunstancias, la quiebra es la consecuencia de ello.
Se esta reconociendo tarde el colapso, porque
se ramifico demasiado. Tiempo atrás se hablo de los problemas económicos del
desarrollador, pero se ocultó. Ahora que los efectos eran insostenibles, se
abre el proceso de reestructuración legal en EE.UU con muchos heridos en el
camino.
La
insolvencia de una unidad de negocios produce la interrupción de un ciclo de
producción y con ello el cese de la actividad laboral y de capital, como así
también la discontinuidad de la vinculación entre los agentes económicos. Si
esto se reproduce a determinada escala, como la energía que libera un sismo, el
mercado se encuentra con un quiebre de las corrientes de ingresos, que afecta a
la economía.
En
otras palabras, de acuerdo con la magnitud de la empresa y su posicionamiento
en el circuito, serán los efectos respecto del resto de los agentes económicos
con los que se vincula y concatena de forma directa o indirecta. Entre las
consecuencias, se pueden enumerar: destrucción de dinero, disminución de la
circulación de liquidez, interrupción de la cadena de pagos, pérdidas de
fuentes de trabajo y fuerte pánico en el mercado. Se intentará con el siguiente
ejemplo, explicar la posición sostenida.
La insolvencia
empresarial de la firma China Evegrade, la segunda inmobiliaria más grande del
país asiático se compara según especialistas con la quiebra de Lehman Brother.
La empresa acumula una deuda de 300.000 millones de dólares, lo que supone un
2% del PIB del país con capital en Pekín. ¿Rescatarla o dejarla caer…? La
decisión es crucial. La quiebra de Evergrande puede provocar un contagio en
distintas cadenas del ciclo de negocios y del mercado, que afectará a otras
empresas del sector repercutiendo en la economía de China. ¿Cuál es la razón?
La magnitud del sector inmobiliario. Porque en ese país abarca un 29% del PIB.
Por ello, el derrumbe de la “inmobiliaria más endeudada del mundo” puede
arrastrar a las demás empresas provocando una caída estrepitosa de la economía
con efectos regionales y globales.[ii]
Se
advierte que, frente a la situación descripta, concurren factores económicos,
sociales y psicológicos. No se trata solamente de la creación de dinero y la
velocidad del circuito de los negocios que se impregnan con el sector
inmobiliario. Sino que la crisis del sector provocará sin dudas una
desconfianza letal en la economía, cuya magnitud no puede determinarse por el
valor de la deuda contraída por la empresa Evegrande, sino por la capacidad de
absorción del mercado y sus consecuencias.[iii] En
síntesis, no se trata de un fenómeno exclusivamente aritmético, sino coyuntural.
Los
excesos del riesgo y el endeudamiento tienen una corrección vertical si las
autoridades no lo hacen de manera gradual. La quiebra es la herramienta que el
mercado tiene para realizarla. Sino es oportuna, muchas son las unidades de
negocios afectadas, inclusive toda una economía se puede ver enferma. La actual crisis inmobiliaria con el
caso evergrande a la cabeza, es un problema creado por las propias autoridades
La
insolvencia de una unidad de negocios produce la interrupción de un ciclo de
producción y con ello el cese de la actividad laboral y de capital, como así
también la discontinuidad de la vinculación entre los agentes económicos. Si
esto se reproduce a determinada escala, como la energía que libera un sismo, el
mercado se encuentra con un quiebre de las corrientes de ingresos, que afecta a
la economía.
En
otras palabras, de acuerdo con la magnitud de la empresa y su posicionamiento
en el circuito, serán los efectos respecto del resto de los agentes económicos
con los que se vincula y concatena de forma directa o indirecta. Entre las
consecuencias, se pueden enumerar: destrucción de dinero, disminución de la
circulación de liquidez, interrupción de la cadena de pagos, pérdidas de
fuentes de trabajo y fuerte pánico en el mercado. Se intentará con el siguiente
ejemplo, explicar la posición sostenida.
La insolvencia
empresarial de la firma China Evegrande, la segunda inmobiliaria más grande del
país asiático se compara según especialistas con la quiebra de Lehman Brother.
La empresa acumula una deuda de 300.000 millones de dólares, lo que supone un
2% del PIB del país con capital en Pekín. ¿Rescatarla o dejarla caer…? La
decisión es crucial. La quiebra de Evergrande puede provocar un contagio en
distintas cadenas del ciclo de negocios y del mercado, que afectará a otras
empresas del sector repercutiendo en la economía de China. ¿Cuál es la razón?
La magnitud del sector inmobiliario. Porque en ese país abarca un 29% del PIB.
Por ello, el derrumbe de la “inmobiliaria más endeudada del mundo” puede
arrastrar a las demás empresas provocando una caída estrepitosa de la economía
con efectos regionales y globales.
Se
advierte que, frente a la situación descripta, concurren factores económicos,
sociales y psicológicos. No se trata solamente de la creación de dinero y la
velocidad del circuito de los negocios que se impregnan con el sector
inmobiliario. Sino que la crisis del sector provocará sin dudas una
desconfianza letal en la economía, cuya magnitud no puede determinarse por el
valor de la deuda contraída por la empresa Evegrade, sino por la capacidad de
absorción del mercado y sus consecuencias. En síntesis, no se trata de un
fenómeno exclusivamente aritmético, sino coyuntural.
Según medios especializados,[iv]
los reguladores permitieron a los desarrolladores atiborrarse de deuda para
financiar una estrategia de crecimiento a toda costa durante décadas. Luego
intervinieron repentina y drásticamente en 2020 para evitar una burbuja
inmobiliaria. Detuvieron el flujo de dinero barato a las compañías
inmobiliarias más grandes de China, dejando a muchos cortos de efectivo.
Hoy se ven esas consecuencias, el modelo chino, cruje.
Más de 50 promotores inmobiliarios chinos han
incumplido o no han realizado pagos de deuda en los últimos tres años, según la
agencia de calificación crediticia Standard & Poor's. Los impagos han
expuesto una realidad del auge inmobiliario de China: el modelo de pedir
prestado para construir funciona solo mientras los precios sigan subiendo.
¿Qué preocupa a los inversores en estos casos
de mega insolvencia? A los inversores les preocupa que las autoridades no actúen
con la suficiente rapidez para evitar una crisis mayor. Cuando la
insolvencia no se detiene a tiempo se ramifican sus problemas en el circuito de
la inversión y el crédito, por ejemplo, al sistema bancario en las sombras de compañías
fiduciaras financieras muy entremezcladas en los negocios inmobiliarios. Los próximos
meses pondrán a prueba lo analizado en este artículo. Se vera si la confianza
regresa al mercado, o los inversores se mantienen alejados y a la expectativa,
mientras los procesos de quiebras continúan.
Carlos Alberto
Ferro
Mendoza,
agosto 2023.
carlosalbertoferro974@gmail.com
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