ADMINISTRAR ES DECIDIR EN CUALQUIER CONTEXTO

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      Si de entrada en  un contexto de incertidumbre se plantean varios objetivos extremadamente importantes, las probabilidades de alcanzarlos se reducen. Orit Gadiesh de Bain Company, señala   "...no hay empresa del sector privado que pueda tener éxito si divide sus recursos en demasiadas iniciativas, centrarse en definir el objetivo estratégico es el basamento de todo logro".   

 
 
 
      Este principio de administración empresarial, también es aplicable a la  gestión estatal. El país en la situación actual, no puede permitirse  navegar a oscuras, se deben ejecutar prioridades siempre que se tenga en claro cuales son.  
 
      El primer paso para decidir es definir y analizar el problema. A modo de ilustración,  el elogio del FMI  o de países europeos en cuanto al tratamiento de la deuda publica del país, no tiene significativa importancia mientras no se adopten resoluciones coherentes y se avance con un programa económico definido que comunique de forma clara que es lo que se pretende.  
 
 
 
 
    Si lo que se desea es reducir la pobreza y contener la indigencia, cualquier decisión de aumentar la presión  impositiva, no mejorara ingresos ni asegurara que se reduzca; se requiere de otras políticas para reducir este flagelo, muchas de las cuales  irían en contra de  grupos de interés cuya principal base electoral es precisamente, la propagación indiscriminada de miseria y el clientelismo social. Se identifica el problema pero se decreta una acción diametralmente contraria para solucionarlo. 
 
 


 

  
      Siguiendo lo expuesto, se identifica el problema inflacionario pero  sin cambio en la cultura del despilfarro estatal, no se modificaran las expectativas de confianza ni de la ciudadanía ni de los mercados, factores esenciales para la estabilidad de los precios. 


 
    En vez de decidir sobre las causas que provocan ese flagelo, se enmiendan parte de sus efectos. Se sabe que todo congelamiento atrasa los precios relativos de productos y servicios. Llegara un momento en que deberán ser corregidas todas las distorsiones acumuladas, como señala Juan Carlos de Pablo, con o sin reestructuracion de la deuda. 
 
 

 
 
 

Fuente: El Cronista.com (1)
  
   
       
 
            Las autoridades gubernamentales, deben atender dos frentes de deuda, en dolares y en pesos sin dejar de matizar el tratamiento a la crisis sanitaria provocada por el covid-19, lo que agrava las perspectivas en la región, identificando factores de crisis internos y externos de distinta naturaleza. La comprensión de la realidad es esencial para adoptar decisiones, pero si estas se alejan de aquella, sus efectos serán nulos: hay que saber evaluar alternativas.
 
 
 

 
        En materia de deuda soberana, los bonos argentinos seguirán cayendo en cotización, mientras se consolide la incertidumbre en el mercado del "no plan" económico o se aletargue la negociación con los bonistas. Cuando la valoración sea del 30% o menos, se ingresa en zona "buitre" o de "litigio" lo que aumenta las probabilidades de compra de los mismos por fondos de inversión para su posterior reclamo en los tribunales competentes.
 

 


       Debería evitarse esa situación, eligiendo alternativas congruentes al estado vulnerable de las finanzas publicas, por cuanto la estrategia de discusión ante tribunales extranjeros no ha sido muy favorable a los intereses nacionales. Si se pretende avanzar sin generar transformaciones en las causas de inestabilidad económica los resultados no serán satisfactorios en el mediano y largo plazo. 
 

 
 
 
      Es decir, resulta insuficiente evaluar mejores condiciones de pago a los bonistas, cuando se siguen dilapidando fondos públicos y el déficit aumenta sin control:  emisión monetaria, mal uso de la política monetaria expansiva, aumento de gastos improductivo en personal estatal  y una larga lista de agente patológicos perjudiciales para un desarrollo económico normal.  
 
   



     El fisco debe aprender a reducir costos y el primer paso para lograrlo es sustituir la conducta del derroche y la improvisación, por la del ahorro y la previsión. Ninguna medida se revela adoptada en ese sentido por las autoridades gubernamentales en estos meses: con disciplina fiscal todo, sin disciplina fiscal nada.
 

 
    Cuando un gobierno en el marco de una ley de emergencia, como la  sancionada en Diciembre de 2019, refiere a que existe una "situación grave y de vulnerabilidad", debe instrumentar medidas para evitar descalabro fiscal y no promover un gasto publico superior al 30% del PBI, como lo señala Osvaldo Ferreres (2).  Otro ejemplo de lo necesario que es definir el problema y evaluar alternativas para adoptar la decisión correcta.
 
 
 

 

 Imagen: diario La Nación

 
          Si se quiere emerger de la crisis se deben eliminar los factores que la originan, de lo contrario todo esfuerzo superficial sera desperdiciado agravando toda variable económica.  No se logran objetivos con solo enunciarlos, hay que administrarlos y ejecutarlos, de ello depende toda victoria que establezcan ciertas condiciones sociales de desarrollo.     
 
      

 
         Este panorama de improvisación generalizada revela falta de liderazgo y planificación, lo que constituye una de las principales etapas de cualquier proyecto.
 
         La dirigiencia no asume responsabilidades en un contexto de shock sanitario y económico. Se sigue dejando de lado las causas de la crisis:  absoluta indisciplina fiscal, ausencia de educación financiera y falta de un programa económico  definido y comunicado. Es útil recordar por estos días, donde lo único que parece definido es la emisión monetaria, que administrar es imprimir orden y organizar, como condición indispensable de  previsibilidad  y crecimiento.
 
  

 
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1)     Coronavirus: "La Economía Argentina caerá 5,2%"  en www.elcronista.com
2) Orlando Ferreres:" En detalle: como se compone el gasto publico en la Argentina" en https://www.lanacion.com.ar/ del 1/7/2020 

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