1.
La iliquidez no distingue entre los sectores
público y privado.(a)
La restricción crediticia,
característica de una recesión, afecta a diversos sectores de la economía de
manera no uniforme. Esto se debe a que la desaceleración económica tiene un
impacto en todo el ciclo económico. Este fenómeno de “contracción” estimula un
proceso recesivo que es percibido de manera dispar por los agentes económicos
públicos y privados, quienes enfrentan un panorama de riesgo de iliquidez.
La iliquidez es la
incapacidad de convertir rápidamente los activos en efectivo sin pérdida de
valor. Esto puede provocar problemas de solvencia a corto o medio plazo, ya que
la incapacidad de pagar las deudas se agrava con el tiempo. El riesgo de iliquidez
se puede medir mediante el ratio de liquidez, que es la relación entre los
activos líquidos y las obligaciones a corto plazo. Un ratio de liquidez bajo
indica un alto riesgo de iliquidez, lo que señala que se deben tomar decisiones
precisas para revertir esta situación.
Las crisis empresariales son
situaciones que amenazan la supervivencia de una compañía. Dependiendo de su
volumen y tamaño, pueden tener implicancias severas en la macroeconomía de un
país debido a la infinidad de interconexiones existentes. ¿Cuál es el cortafuegos
necesario de un gobierno para evitar la expansión de una crisis en un
determinado sector del mercado o en gobiernos locales sobreendeudados?
Existen negocios que
evolucionan de manera diferente en los países y, a su vez, dentro de estos, en
sus regiones. Un impacto en los intereses del consumidor o inversor puede
generar un pánico con consecuencias impensadas para el sistema bancario o de la
construcción. Las consecuencias de millones de víctimas de una crisis
inmobiliaria que esperan casas que nunca se construirán pueden desencadenar
efectos inesperados para un gobierno. Esto sucede porque la relación entre
crisis y desconfianza es bidireccional y compleja. Al retirarse la inversión
por la desconfianza, la crisis se exacerba: ¿Se puede establecer cuánto es el
porcentaje de consumidores que están afectados por esta situación?
La economía de China ha
dependido durante mucho tiempo del motor de la construcción, que representa una
quinta parte de su PBI. Si este sector entra en pánico, las ondas vibratorias
se extienden a todo un circuito de negocios e inversión, provocando un freno en
seco. Dos parámetros profundizan la caída: por un lado, la inversión
inmobiliaria cayó un 10% interanual. Por otro lado, los impagos
transfronterizos también están resultando difíciles. Esta situación, si se
prolonga en el tiempo, amenaza con desempleo masivo, grandes pérdidas para las
empresas constructoras, tensión bancaria y afectación de los derechos de los
consumidores.
Se destaca la figura del
consumidor porque sus hábitos pueden cambiar frente al proceso de recesión y,
con ello, el producto o servicio que las empresas ofrecen. El consumidor puede
haber pagado por adelantado su producto, y si este no es entregado bajo las
condiciones de tiempo y forma pactadas, puede producirse un descalabro
psicológico y económico. No se puede infravalorar el comportamiento económico
del consumidor. Así, una crisis inmobiliaria provoca un cambio en la asunción
de riesgos y, por efecto, en las condiciones contractuales celebradas. La salud
financiera del sector es determinante para asegurar la solvencia de las
empresas que operan en él.
Cuando los inversores se
frenan y dejan de financiar, muchas empresas entran en crisis. Es entonces
cuando los gobiernos introducen una batería de medidas para evitar las quiebras
sin medir las consecuencias, pensando que solo ese factor reestablecerá la
confianza. ¿Puede el sistema reconocer cuando las pérdidas son por mala
inversión o por especulación? Aunque ambos conceptos son diferentes, pueden
producir por distintos caminos una situación de iliquidez sistémica. El primero
se da porque se coloca dinero en un activo cuyo retorno no es el esperado e
incurre en pérdidas. El segundo se produce cuando se invierte en activos de
alto riesgo con la esperanza de obtener ganancias significativas, pero el
resultado es contrario a lo esperado.
Como se analizará a continuación, la dinámica
desestabilizadora puede desencadenarse rápidamente. Las compañías que no
advierten esta situación pueden entrar en una espiral de desorden e iliquidez.
Esto se debe a la incertidumbre sobre la magnitud de las pérdidas, ya sean por
malas inversiones o especulación. Ante este escenario, los gobiernos se
enfrentan a un dilema moral: ¿deben intervenir para rescatar a las empresas y
gobiernos locales con el fin de evitar daños mayores? Un error en esta decisión
puede ser catastrófico para la economía, ya que puede comprometer la salud
financiera de un país.
2. Medidas gubernamentales de apoyo sin garantías para cubrir
déficits privados
El caso de China despierta
interés por la forma en que está abordando su situación. El gigante asiático
está considerando la alternativa de brindar apoyo financiero sin garantía a las
empresas constructoras calificadas que se encuentran en dificultades
financieras. El sector inmobiliario en ese país está atravesando una compleja
crisis con un déficit estimado en U$S 446.000 millones. Con esta medida,
pretende estabilizar al sector, aliviarlo y entregar las viviendas sin
terminar. La ayuda se instrumentaría a través de bancos que prestarían capital
de trabajo, pero con una línea de financiación no garantizada. Este esquema
conlleva múltiples riesgos.
El primero de ellos es qué
sucede en caso de impago del préstamo. ¿Quién asume la pérdida, el banco o el
Estado nacional o local? Por otro lado, las consecuencias macroeconómicas de
esta medida no han sido del todo evaluadas, más allá de que se pretende, en lo
inmediato, calmar a los compradores de viviendas ante el temor de que esas
casas no se terminen. Así, la solución de corto plazo puede producir un
problema mayor a largo plazo.
El segundo de los riesgos es
que la pérdida de liquidez para las constructoras continúe, profundizando la
caída del mercado inmobiliario, lo que resultaría en que más viviendas no se
concluyan y privaría a la economía de un motor clave de crecimiento. Esto
también plantea dudas sobre la liquidez de los gobiernos locales para soportar
la pérdida de ingresos por la recesión inmobiliaria del sector, en especial,
los provenientes de las ventas de terrenos para la construcción.
El principio utilizado por
el gobierno de China es el mismo que el de los países occidentales para
resolver problemas de iliquidez: inyectar fondos al sector a través de bancos,
pero limitado a aquellos que tengan buena calidad de activos. Sin embargo, esto
puede provocar una traslación del riesgo, que se potencia por la falta de
garantías. Se alivia al sector de la construcción, pero se genera un mayor peso
y posible pérdida al sector bancario. ¿Ayudará esta medida a mantener una
rentabilidad razonable? ¿Qué es más inestable para la economía, una crisis
inmobiliaria o bancaria? ¿Y si ambas crisis se superponen? Toda política de
flexibilización traerá consecuencias en otra parte del sistema porque alguno de
los engranajes soporta más carga que los otros.
Se llega a una fase de la
crisis donde la alarma se enciende no solo para un país, sino para una región.
La recesión del sector inmobiliario en China puede extenderse a toda la región
de Asia-Pacífico, produciendo una desaceleración del crecimiento y la inversión,
lo que resulta ser el temor de la economía global. Un dato preocupante en esta
mirada, dada la envergadura del mercado inmobiliario en ese país y sus
conexiones con el sector público, es la banca en la sombra expuesta a fuertes
desequilibrios vinculada al sector. El segmento inmobiliario abarca un 29% del
PIB, por lo que el colapso de la “inmobiliaria más endeudada del mundo”[i]
puede arrastrar a las demás empresas, provocando una caída estrepitosa de la
economía con diversos efectos geopolíticos.
La mezcla exuberante de
construcción y operaciones riesgosas termina por afectar a todo el sector, en
este caso inmobiliario, bancario y a sus consumidores. Algo similar sucedió con
las hipotecas subprime en el año 2008 en EE.UU, que terminó provocando una
crisis de liquidez mundial. Los compradores de viviendas con frecuencia
solicitaban hipotecas para comprar inmuebles antes de que se completara la
construcción, proporcionando a los desarrolladores un flujo constante de
ingresos y liquidez que utilizaban para operar y construir más casas. Ese
modelo de negocio en China parece haberse agotado, la especulación ha hecho que
las casas chinas sean las más caras del mundo en términos de relación
precio-ingreso.[ii]
Señalan medios económicos[iii]
que el gigante financiero Zhongzhi
Enterprise Group,[iv]
ha revelado la profundidad de sus dificultades financieras y ha admitido a los
inversores que es "gravemente insolvente" con un déficit de 36.400
millones de dólares. Esta firma financiera está muy ligada con sus inversiones
al mercado inmobiliario chino, por su volumen de pasivos, el gobierno deberá
intervenir sea de forma expuesta o no.
La auditoría realizada
revela un importante agujero contable, una situación que ha sucedido en
numerosas ocasiones con este tipo de conglomerados. El fracaso de las medidas
de autorrescate solo aceleró los problemas, causando un impacto profundo en un
mercado deprimido que está en busca de modelos para recuperarse. De hecho, el
gobierno está analizando la posibilidad de replicar el modelo de vivienda
social de Singapur.
Otro dato que resalta la
complejidad del mercado inmobiliario en ese país es que este banco adquirió
activos de otro gigante chino en problemas: Evergrande,[v]
quien recientemente declaró su quiebra. El riesgo significativo de sus
operaciones comerciales superó el grado de solvencia que podía soportar, por lo
que la compañía no tiene suficientes activos para cubrir su deuda a corto
plazo. Un antecedente importante es que los bancos prefieren otorgar préstamos
a empresas que cuentan con el respaldo de los gobiernos locales, ya sean
empresas estatales o empresas privadas bien conectadas pero ineficientes.[vi]
Posición muy susceptible para inversores y consumidores.
3.
Crisis y
desconfianza, son dos factores que se retroalimentan
Se observa que en la
situación descrita, concurren factores económicos, sociales y psicológicos.
Toda fiebre económica conmueve la moral social. No se trata solo de la creación
de dinero y la velocidad del circuito de los negocios que se impregnan con el
sector inmobiliario, sino que la crisis del sector provocará sin dudas una
desconfianza letal en la economía. La magnitud de esta no puede determinarse
solo por el valor de la deuda contraída por la empresa Evergrande[vii]
o Zhongzhi Enterprise Group, sino también por la capacidad de absorción del
mercado y sus consecuencias. En resumen, no se trata de un fenómeno
exclusivamente aritmético, sino coyuntural.
Sucede que aun cuando se
encienden las alarmas, empresas como
Evergrande, en lugar de fortalecer los controles, profundizan el desorden, en
su caso se llegó a contabilizar más de
U$S 81.000 millones de dólares en pérdidas para el mes de julio de este año.
Puede que detrás de esta implosión se encuentren aspectos de la política
crediticia del gobierno central poco transparentes o ineficientes, pero la
mayor responsabilidad recae en la falta de auditorías internas y externas.[viii]
Es el fenómeno de la expansión rapaz y de la exuberancia irracional, la
desconfianza es un multiplicador intangible de la iliquidez.
La insolvencia de una unidad
de negocios produce la interrupción de un ciclo de producción y con ello el
cese de la actividad laboral y de capital, así como también la discontinuidad
de la vinculación entre los agentes económicos. Si esto se reproduce a determinada
escala, como la energía que libera un sismo, el mercado se encuentra con un
quiebre de las corrientes de ingresos, que afecta a la economía. Destacan
especialistas que en los últimos meses aumentó el flujo de salida, las familias
chinas están enviando grandes remesas de dinero al extranjero. Esto es una
prueba de la falta de confianza en la economía.
Ninguna compañía está exenta
de sobrevalorar el riesgo. El mero entusiasmo puede crear ilusiones y
convencerse de que no hay que hacer ajustes. Una repentina crisis de deuda en
la empresa Country Garden dejaría a más familias chinas desamparadas. Gestionar
la confianza y las expectativas se vuelve una odisea para los gobiernos. Si no
hay transparencia en la información contable y divulgación completa de las
operaciones, se distorsionan las decisiones y los errores de gestión pueden
provocar fuertes exposiciones a la insolvencia.
El problema de Country
Garden no es el apalancamiento excesivo al estilo de Evergrande. Más bien, la
empresa es víctima de una pérdida de confianza que, a corto plazo, puede llevar
a una implosión en la cadena de suministros del sector inmobiliario. Sin embargo,
ambas empresas comparten la crisis de liquidez ante un auge inmobiliario
sobrevalorado y sobreconstruido.
Todos tratan de esconder los
errores cometidos, tanto en el sector privado como público. El ciclo de
recesión potencia esas vulnerabilidades inherentes en toda compañía, y en un
contexto donde el volumen de deuda privada y pública no tiene antecedentes en
la historia, resulta necesario extremar el uso de medidas preventivas por
seguridad económica. El riesgo moral es alentar a otros a asumir riesgos
indebidos con la creencia de que alguien los rescataría, toda vez que la
amenaza de implosión es más costosa en términos generales que el salvataje en
sí. Nadie es inmune al incumplimiento y más aún cuando los datos no son
transparentes.
La ventas de tierras se han desplomado y miles
de empresas, dirigidas por funcionarios provinciales, conocidas como vehículos financieros de los
gobiernos locales (LGFC), enfrentan problemas. Según estimaciones del banco
Goldman Sachs, estas empresas tienen una deuda de 61 billones de yuanes (8,6
billones de dólares), lo que equivale a aproximadamente la mitad del PBI de
China. Por lo tanto, tienen dificultades para realizar los pagos.[ix]
Los pasivos de la empresa “Zhongzhi” están
fuertemente entrelazados con los constructores, gobiernos locales e inversores
urbanos chinos. Esto significa que plantean riesgos de contagio financiero. No
se trata solo de inyectar fondos a una empresa, sino de desapalancar
forzosamente el sector inmobiliario. Las medidas graduales, como el apoyo
gubernamental sin garantías para cubrir déficits privados, pueden generar más
incertidumbre, potenciando el contagio en el ecosistema.
No son solo dos o tres
empresas constructoras las que están comprometidas. La falta de transparencia
del sector y su vínculo con las finanzas en la sombra, exponen la incertidumbre
que se retroalimenta con la crisis. Se estima que más de 50 empresas
constructoras estarían en situación de impago. En 2020, el gobierno chino tomó
medidas enérgicas contra el endeudamiento excesivo, limitando la capacidad de
las compañías de bienes raíces para recaudar dinero y provocando una serie de
incumplimientos. Consideraba que las viviendas son para vivir y no para
especular. Todo el ecosistema que se construyó alrededor sufrió las
consecuencias de la medida política, y sus efectos se están notando. La quiebra
de muchos desarrolladores inmobiliarios está en curso.
4. La intervención
gubernamental para evitar quiebras puede frenar el crecimiento económico y
aumentar el déficit fiscal
La insolvencia de una unidad
de negocios interrumpe un ciclo de producción, cesando la actividad laboral y
de capital, así como también la relación entre los agentes económicos. Si esto
se reproduce a gran escala, similar a la energía liberada por un sismo, el
mercado experimenta una ruptura en las corrientes de ingresos, afectando a la
economía en general.
También ocurre con cualquier
intento de frenar las quiebras, ya que no se deben evitar, sino administrar. La
tasa de quiebras es un índice que debe considerarse para evaluar la salud de la
economía y tomar las medidas necesarias por parte de los responsables de las
políticas económicas. Al igual que la aspirina no es efectiva para prevenir una
enfermedad cardíaca, los rescates tampoco son efectivos para evitar un colapso
generalizado sin consecuencias.
Cuando muchas empresas no
pueden deshacerse de sus deudas incobrables a través de la reestructuración
voluntaria, deben reducir los nuevos préstamos y pagar los pendientes. Existe
la creencia colectiva por parte de ciertos gobiernos de que evitando quiebras
se evita un “momento Lehman”, o un evento que desencadene una crisis. El
resultado es una productividad frenada, un malestar económico más profundo[x] y la impresión de dinero
para evitar el colapso de los gobiernos locales o ciertos sectores del mercado,
como el inmobiliario, para evitar la transmisión de iliquidez.
La destrucción creativa, el
proceso mediante el cual las economías de mercado reemplazan empresas fallidas
por otras más eficientes, presenta a China un gran dilema. ¿Qué herramientas
tendrá el gobierno para enfrentar esta situación? ¿Tiene el gobierno de ese
país previsto aplicar quiebras generalizadas? Los funcionarios presionan a los
bancos para que prolonguen la vida incluso de las empresas más improductivas.
Alguien debe considerar la carga que esto representa para los contribuyentes,
sin dejar de considerar que la creación de riesgo financiero, al postergar la
decisión de reestructuración legal, puede ser un delito penal.
Sin una adecuada
administración de los procesos de quiebra, las empresas en dificultades no
tienen otra opción que “refinanciar”, reemplazando las deudas existentes por
otras nuevas, pero aumentando los riesgos que repercuten negativamente en una
economía. Si los propios tribunales de quiebras prolongan los procedimientos en
un intento de evitar la liquidación, lo que hacen es postergar una solución
natural del mercado. Esto genera no solo más riesgo, sino que provoca que el
activo de esas empresas disminuya aún más tras la postergación del pago a los
acreedores.
La acumulación severa de
deuda puede tener grados de trastornos, pero no desaparece si se la oculta o
posterga en su tratamiento, es como una ley de la física, ineludible. La
solución es que hay que esterilizarla y el proceso legal de quiebra es el natural
para desinfectar ese agente patógeno negativo para toda economía. Postergarla,
es permitir que esa deuda se acumule.
El intercambio de préstamos
de alto costo por bonos de refinanciación, que conllevan tasas de interés más
bajas, alivia la presión de pago que soportan los agentes económicos, empresas
y ciudades, pero las deudas no están siendo eliminadas. Se advierte que en
China el billón de yuanes para la renovación urbana, si se materializa,
probablemente alentará a más personas a comprar casas, pero millones de
personas más seguirán esperando la entrega de propiedades por las que pagaron
por adelantado.[xi] Ahora el rescate no es
selectivo, por empresas, sino por sectores de la economía, lo que significa más
costo para el Estado. Postergar decisiones no siempre trae beneficios.
5. Los rescates gubernamentales excesivos y la
disfuncionalidad económica
Los costos no distinguen
entre los sectores de la industria y los servicios. Los tiempos de
sincronización desafían a los responsables de las empresas y gobiernos por
igual al considerar si los objetivos establecidos son lo suficientemente
flexibles para enfrentar entornos económicos críticos. Perseguir objetivos
rígidos por cualquier motivo puede llevar a tomar decisiones erróneas que
comprometan la capacidad y liquidez de las empresas o estados. Desde la
perspectiva expuesta, los rescates gubernamentales pueden dar lugar a excesos
que dañen la economía.
Es razonable identificar
errores y posibles riesgos. Incluso puede ser necesario replantear la
planificación y la gestión en todos los niveles, incluso si los rescates
gubernamentales son beneficiosos o contraproducentes, ya que los negocios que
dependen únicamente de la financiación externa están condenados. Si la crisis
del sector inmobiliario en China se extiende a los bancos, el contagio tendrá
un nuevo vehículo propulsor porque el campo de acción no se limitará a las
inmobiliarias sino al sistema financiero, con sus ramificaciones sociales. Son
los innumerables compradores de viviendas quienes, habiendo pagado por
adelantado, no tienen su vivienda. En este punto, el problema adquiere otra
dimensión, ya que estos mismos perjudicados tampoco podrán pagar su hipoteca ni
mucho menos los impuestos.
Los problemas de iliquidez
rara vez afectan a un solo sector. Este error de perspectiva puede conducir a
mayores riesgos. En este caso, los problemas del mercado inmobiliario se están
extendiendo a las compañías fiduciarias financieras de China,[xii]
que ofrecen inversiones con rendimientos más altos que los depósitos bancarios
estándar y a menudo invierten en proyectos inmobiliarios. Es un principio de
las finanzas que la salud del sistema financiero depende en gran medida de la
fortaleza de la macroeconomía.
Algunas firmas
de inversión crediticia señalan que esta es la gran preocupación, que una ola
de impagos pueda extender las pérdidas por todas partes. Esto podría
convertirse rápidamente en una crisis financiera nacional si los mercados
crediticios se paralizan y los depositantes minoristas y corporativos comienzan
a preocuparse por la estabilidad financiera de los bancos que poseen una gran
cantidad de bonos de gobiernos locales.[xiii]
Los planes implican que el
gobierno central está dispuesto a imprimir dinero para evitar el colapso de
esos gobiernos y del mercado inmobiliario, pero esa ola de préstamos sin un
monitoreo adecuado puede llegar a favorecer a las empresas estatales, desplazar
la inversión e impedir el gasto en investigación y desarrollo industrial.
Condiciones propicias para un estancamiento primero y luego una implosión.
Un dato para considerar es
que China ha sido la fuente de más del 40% del crecimiento económico mundial,
en comparación con el 22% de Estados Unidos y el 9% de la eurozona, según BCA
Research.[xiv] Se comparte el criterio de
quienes sostienen que una caída en el gasto de los consumidores en China
perjudica a las empresas que hacen negocios allí. Una economía china más débil
también significa afectar a diversos sectores de la industria global. [xv]
6. Reflexiones finales
El estrés crediticio puede tener consecuencias negativas para las
empresas y los gobiernos, como la pérdida de confianza, la reducción del
crédito disponible y el aumento del riesgo de insolvencia. No es posible
escindir el riesgo económico del riesgo social. Es crucial que los agentes
públicos y privados gestionen adecuadamente su nivel de endeudamiento, su
estructura financiera y su flujo de caja. Una ruptura corporativa desordenada
puede afectar incluso a los gobiernos, dependiendo de su interconexión.
Es esencial para los
gobiernos gestionar eficazmente su liquidez para mantener la estabilidad
económica y la confianza de los inversores. Tanto los rescates masivos como los
selectivos pueden ser contraproducentes, ya sea para beneficio de actores
públicos o privados. El dilema moral se presenta en ambas direcciones, ya que
se intenta una corrección económica de manera artificial. La discrecionalidad
excesiva de los rescates puede ser problemática en una economía si potencia la
incertidumbre o la percepción de injusticia porque se ignora el derecho de
propiedad y el sustento de los propietarios.
¿Qué preocupa a los
inversores en casos de insolvencia sistémica? A los inversores les preocupa que
las autoridades no actúen con la suficiente rapidez y transparencia para evitar
una escalada de la crisis. Cuando no se detiene a tiempo, los problemas se
ramifican en el circuito de inversión y crédito, por ejemplo, al sistema
bancario en las sombras de compañías fiduciarias financieras muy entremezcladas
en los negocios inmobiliarios. Todo gobierno que se considere responsable debe
dar gran importancia a la prevención y resolución del riesgo de deudas
“ocultas”, tanto de los gobiernos locales como de los bancos. [xvi]
Hay momentos en que los
gobiernos ralentizan las cosas porque eso es lo que quiere el consumidor o el
público en general. Pero hay momentos en que el gobierno se mueve lento porque
no sabe cómo moverse rápido, y eso es un problema para la economía. Se verá si
la confianza regresa al mercado, o los inversores se mantienen alejados y a la
expectativa, mientras los procesos de quiebras se acumulan planteando grandes
dilemas para los gobiernos.
Cabe preguntarse: ¿Qué
efecto tendría en la economía que millones de personas no paguen las hipotecas
sobre viviendas que nunca se van a construir? Hay que esperar qué
comportamiento tendrán esos consumidores si la economía tropieza, porque se
puede transformar en un catalizador disruptivo en la economía. Así resulta que,
con los potenciales costos de los gobiernos para el rescate de sectores
públicos y privados insolventes, termina afectando la salud de las finanzas
públicas y sembrando semillas que potencian una fuerte posibilidad de crisis de
deuda soberana ante las restricciones presupuestarias.
La deuda pública total por
pagar fuera de la hoja de balance de China, ronda entre los 7 y los 11 millones
de millones de dólares, un verdadero punto crítico.[xvii]
El dilema de todo gobierno que navega en un mar de insolvencias será entre
rescatar al sector privado o al público, quizás sea más conveniente a ambos,
pero: ¿A qué costo para la economía? Esa es la cuestión. El desafío es entonces
encontrar un equilibrio entre disciplina, previsibilidad y transparencia para
mantener la confianza de inversores, consumidores e instituciones, de lo
contrario, la ingobernabilidad de la crisis amenaza como un gran tsunami
económico.
Carlos Alberto Ferro
[i] Evergrande, se estimaba para el año 2001
que la empresa tenía una deuda de US$300.000 millones en https://www.bbc.com/
[ii] ¿Puede China con su
crisis inmobiliaria? www.theeconomist.com 23.01.2023
[iii] “Cae la primera ficha de la banca en la sombra en el
gigante dominó de China” en https://www.eleconomista.es/
[iv] Gestor de patrimonio de
propiedad privada, forma parte de la banca en la sombra de China
[v] Según informaciones la
empresa tiene hasta los primeros días de diciembre para presentar un plan de
reestructuración ante un juzgado de Hong Kong, de lo contrario, se procedería
al cierre.
[vi] “Como salvar a la
economía de China” www.theeconomist.com 23.11.2023
[vii] Christian Shepherd, “El gigante chino
Evergrande…” https://www.infobae.com/
18.07.2023
[viii]
Alexandra Stevenson, “La caída de China Evergrande…” https://www.nytimes.com/ 4.12.2023
[ix] “China se acerca a un
gran rescate” www.theeconomist.com 30.11.2023
[x] “La
economía China …” en www.theeconomist.com 2.11.2023
[xi] “China se acerca a un
gran rescate” www.theeconomist.com 30.11.2023
[xiii]
“Llega a un punto
crítico la deuda pública de China” https://diario.mx/ 6.12.2023
[xiv] J. Eduardo Moreno, “Lo que hay que saber de la crisis inmobiliaria china” https://www.nytimes.com/ 21.08.2023
[xv] Se recomienda para
ampliar este tema el artículo del periodista Keith Bradsher, “ El aumento de la deuda de China…” https://www.nytimes.com/ 5.12.23
[xvi] Llega a un punto crítico
la deuda pública de China” https://diario.mx/ 6.12.2023
[xvii]
La
agencia de calificación Moody's rebajó la perspectiva de la calificación
crediticia de China de "estable" a "negativa" en diciembre,
citando la deuda del país y la desaceleración del crecimiento. Ver: “China
reconoce dificultades…” en https://www.lanacion.com.ar/ 12.12.23
(a) Publicado originalmente en el perfil de autor linkedin, diciembre 2023 web site: https://www.linkedin.com/posts/especialista-derecho-insolvencia_el-dilema-de-los-gobiernos-entre-insolvencias-activity-7141430859391303680-z8iX?utm_source=share&utm_medium=member_desktop